¿Tienes hobbies? Pues deberías.

Sí, existe una relación directa entre la felicidad y los hobbies.

Ojo, no todos los que tienen hobbies son felices pero sí que todos los que son felices tienen hobbies.

No puedo evitar ver cómo este asunto se sigue infravalorando tanto. Cada vez veo más presente la culpa en las aficiones y me plantean más a menudo la pregunta de si «no debería estar haciendo algo más productivo».

No hemos venido a ser productivos.
Hemos venido a ser felices.

Si una persona no puede usar su tiempo en hacer cosas que ama, ¿qué significado tienen las horas de trabajo y deberes? ¿Para qué sirve atender compromisos y obligaciones si no es para no hacerlo el resto del tiempo libre de toda culpa y remordimiento?

Los hobbies o las aficiones son de extrema importancia. La sensación de felicidad depende, en grandísimo grado, de la sensación de hacer cosas que nos gustan y hacerlas en mayor número que las cosas que nos disgustan.

Leer, pintar, jugar a juegos de mesa, escuchar música, ver películas, escribir, entrenar, ver documentales, coser, hacer escultura, la carpintería, cuidar el jardín, etc. Son prácticas maravillosas a las que entregar una parte notable de nuestro tiempo en la tierra.

Yo no veo el momento de poder volver a dibujar y tocar la guitarra, por ejemplo. Y sé que mi vida será mejor haciendo esas cosas que no haciéndolas.

¿Y tú?
¿Tienes hobbies?
¿Cuáles son?
¿Qué hobby podrías introducir y que tuviese el poder para sumar felicidad a tu vida?

Espero que este correo te sirva y ayude.

FUERZA Y PAZ.

Pd: he preparado un audiocurso de 100 minutos sobre cómo iniciarse en el camino hacia la felicidad. Puedes adquirirlo a precio de lanzamiento, por sólo 50 euros + IVA, AQUÍ.

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—TESTIMONIOS:

«Es la mejor newsletter que conozco, jamás me pierdo una edición. Cientos de preguntas resueltas, enseñanzas aprendidas, mil libros y películas descubiertas y mucho más. Por no hablar de los regalos que de vez en cuando nos da a los miembros, sin esperar nada a cambio. Su generosidad es increíble. Es el mejor»
—Lucía S.

«No entiendo cómo su newsletter puede ser gratis. A veces me siento hasta mal por estar en su newsletter sin pagar. Le debo mucho a Joan, muchísimo»
—José Luís A.

—CONTENIDO HABITUAL DE LA NEWSLETTER SEMANAL:

  • Consultorio donde respondo a las preguntas más interesantes e importantes de los miembros de la newsletter.
  • Artículos exclusivos donde te ayudo a comprender mejor la vida y a ti mismo, para que puedas vivirla mejor.
  • Relatos sobre casos reales de mis clientes para que veas cómo se lleva a la práctica la teoría.
  • Adelantos y contenido adicional de mis libros.
  • Recomendaciones de libros, películas, podcasts y series.
  • Regalos exclusivos como e-books y demás contenido multimedia.
  • Conferencias gratuitas donde podrás participar directamente.

 

5 libros muy famosos pero que son realmente buenos.

P: Hola, Joan. ¿Lees libros conocidos o famosos? Es que no siempre he encontrado una gran calidad en esas obras tan vendidas. ¿Me puedes recomendar algunos best-sellers que sí te hayan encantado?

R: Me encanta tu pregunta porque me encanta recomendaros libros.

Sí, estás en lo cierto, que un libro se venda mucho o sea muy famoso no necesariamente significa que sea una obra de alta calidad. Por ejemplo, «El alquimista», de Coelho, es una de las obras más vendidas de la historia (en muchos rankings aparece en el número 14 con 65 millones de libros vendidos) y a mí no me parece un buen libro. Sé que a mucha gente le encanta y me parece genial pero a mí me dejó más bien frío.

Pero como me estás preguntando a mí entiendo que cuentas con la subjetividad de mi criterio. Así que, vamos allá:

5 libros muy pero que muy famosos pero que en realidad son muy pero que muy buenos:

1- El principito, de Saint-Exupéry – Increíble, unas 140 millones de copias vendidas, y con razón. Es uno de los libros más bellos que he leído jamás. Me conmueve hasta el alma. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/3LGNT8q

2- El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder – Más de 20 millones de copias vendidas. Encantadora novela que esconde un repaso a la historia de la filosofía. Si te gusta la filosofía (entiendo que sí si estás aquí) lo tienes que leer en algún momento. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/3Wti3Rg

3- 1984, de George Orwell – Más de 25 millones de copias vendidas. Una gozada de principio a fin. Un libro que se lee muy rápido y no por mérito del lector sino del escritor. Una obra que, en su día, presentaba un mundo futuro que poco a poco se va materializando. Profético. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/3YpblP9

4- Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom – Más de 20 millones de copias vendidas. Otro de esos libros que se recomiendan siempre. Yo me resistí durante mucho tiempo a leerlo porque me parecía, precisamente, sospechoso que tanta gente lo recomendase. Y me arrepiento. Porque es una maravilla. Lo he leído 4 o 5 veces y siempre termino llorando. Una oda a la vida desde la cercanía de la muerte. Imprescindible. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/4fnizJo

5- El guardián entre el centeno, de Salinger – Más de 70 millones de copias vendidas. Quizá el más complicado de la lista pero merece cada neurona que se le dedique. Si lo vas a leer presta mucha atención al principio o de lo contrario no entenderás la novela. Uno de mis preferidos. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/4dmdHCC

Hay muchos más, si gusta este formato haré más ediciones.

¡A LEER!

FUERZA Y PAZ

Dios, El Sufrimiento Y La Fortaleza.

Cuando me toca sufrir pienso en muchas cosas pero… sobre todo, pienso en Dios.

Pienso en la cruz. Pienso en que nunca viviré nada peor que lo que Jesús vivió. Y cuando lo hago, me niego ante la posible queja pues me veo sin derecho a quejarme. Miro mi dolor en el espejo de la cruz y en la carne despegada de Cristo, así, en el mismo momento, me duele ya menos porque pienso en lo lejos que está de ser realmente un dolor «insoportable» de verdad.

Pienso también en que siempre le he pedido a Dios ser lo más fuerte y humilde que pueda. Y para eso, Dios sólo puede enviarme situaciones que me hagan fuerte y humilde. Así, Dios me manda pasar por lo que necesito para hacerme más fuerte y humilde.

Está claro que prefiero no sufrir a sufrir.
Pero más prefiero ser fuerte a no serlo.
Y si para hacerme fuerte tengo que sufrir, que así sea.

FUERZA Y PAZ.

Reflexiones sobre márquetin, audiencias y productos.

Reflexiones entre amigos sobre el márquetin, las audiencias, los productos y los servicios y de cómo, quizá, tenemos menos poder del que queremos creer.

 

 


Tengo 3 teléfonos y sólo tengo whatsapp en uno de ellos y es para cosas del trabajo. Pero la verdad es que ahí hago un poco de trampitas porque estoy en un grupo de esos del demonio con un grupo de buenos amigos donde a veces hablamos sobre la vida, la filosofía, la política, el trabajo, libros y demás cosas.

La cuestión es que todos somos empresarios y todos hacemos algún tipo de labor divulgativa, por lo tanto, todos tenemos nuestras respectivas audiencias que, en algún momento, nos dan de comer.

Con todo esto, ayer mismo nos pusimos a hablar de márquetin. Y tengo la sensación de que a todos nos gusta y no nos gusta al mismo tiempo. Me explico.

Nos gusta porque, por fuerza, hemos tenido que informarnos mucho sobre ello y hemos terminado por cogerle algo a lo que podríamos llamar «cariño». Y no nos gusta porque, en el fondo, todos los emprendedores tenemos la misma fantasía: vender sin tener que hacer márquetin. Es decir: vender sin tener que vender.

Hablábamos también de que, inevitablemente, si quieres escalar mucho un negocio también habrá que escalar en algún momento la estructura, los recursos y, por supuesto, el puñetero márquetin. Por suerte, ninguno de nosotros estamos en ese punto. Casi estamos más en querer «desescalarlo» a cambio de tener más tiempo libre y menos trabajo.

—Si por trabajar un 50% menos tuviese que perder el 30% de mis ingresos… lo firmaría ahora mismo —dije yo en algún punto de la conversación.

Creo que el resto de mis colegas piensan lo mismo.

Luego estuvimos conversando sobre nuestros servicios y productos. Sobre cuáles se vendían mejor y cuáles no. Yo les explicaba que jamás he hecho márquetin directo de mis mentorías 1 a 1 pero que llevo más de 10 años con la agenda llena. Pero, por otra parte, otros proyectos no se vendieron ni con todo el márquetin del mundo.

Y aquí viene lo bueno del artículo de hoy.

Esos proyectos que no vendieron como yo esperaba eran… buenos proyectos. Buenos productos. Buenos servicios. Diría que incluso MUY BUENOS.

Pero, claro, se los intentaba vender a mi audiencia, una audiencia orgánica al 100%. Una audiencia que llevo 15 años creando (o que se ha creado a sí misma) poco a poco, persona a persona. Una audiencia que, en su momento, me pidió que crease mi mentoría 1 a 1 a viva voz, casi como una exigencia.

Mi audiencia sólo me ha pedido dos cosas: mentorías 1 a 1 y libros. Y eso es lo que me han comprado sin yo pedírselo. Sin parar.

No me pidieron los otros proyectos sino que fui yo quien pensé que les podrían gustar. Voy a poner un ejemplo para entender mejor esto:

Imaginemos que yo comienzo a escribir sobre las tartas de queso (me encantan y acepto regalos) y termino formando una audiencia que ama cómo escribo sobre ellas. Sin embargo, un día decido venderles un ebook espectacular sobre la tarta de requesón, que parece tarta de queso pero no lo es. Y no vendo un carajo.

«Mejora el producto», diría el tonto más tonto del pueblo del márquetin.

No, el producto es bueno, pero no es para la audiencia que he creado sino para otra audiencia. Si se lo intentase vender a esa audiencia, si la encontrase, lo vendería sin problema.

La audiencia hace el servicio y el producto. NO TÚ. Y más si es una audiencia totalmente orgánica, natural y no forzada.

Tú, como creador, escribes, hablas y divulgas. Mientras lo haces se forma un grupo de gente a tu alrededor de forma espontánea. Y a esta audiencia no les puedes vender lo que tú quieres sino lo que ellos quieren o incluso lo que aún no saben que quieren, pero no lo que únicamente tú quieres.

Tu verdadera labor es mandar tu mensaje de forma muy natural y sincera al mercado. Eso hará que formes una audiencia (una tribu) muy honesta a la que poder venderles de forma muy honesta. Sin forzar. Sin apenas… márquetin.

 

 

Pd: Si quieres otro consejo… hazte un grupo de whatsapp con las personas más brillantes e inteligentes que tengas en tu agenda. En mi grupo, por ejemplo tengo a este All-Star con los que tuve la conversación que explico en el artículo:

-David Valero Y Javi Aguayo, del «Rincón de Aquiles»: https://elrincondeaquiles.substack.com/
-Álvaro Pinteño, de Qualia: https://alvaropinteo.substack.com/
-Jano Cabello, de Sobre la buena vida: https://janocabello.substack.com/

La incertidumbre y el estrés del empresario.

De cómo la falta de seguridad puede provocar un gran estrés y cómo evitarlo o minimizarlo.

 

 


«Si quieres seguridad, hazte funcionario».

Esto me dijo mi madre cuando tenía 19 años.

Era invierno y estábamos en la tapicería familiar, sentados junto a una estufa, parados, porque no había trabajo que hacer. No había pedidos. Era lo normal en invierno. De marzo a julio no dábamos abasto y de agosto a febrero nos comíamos los mocos. Era desesperante. Recuerdo que muchos días, a media mañana, mi madre me decía «vete a casa, igual no hay nada que hacer hoy».

Yo le pregunté si pronto habría algo de trabajo. Ella me dijo que no lo sabía. Preocupado, le respondí: «¿Cómo calculas los gastos del taller?». Me contestó que no lo sabía, que no estaba segura. Yo ahí ya no supe qué contestar pero se me secó la boca de pura angustia. Mi madre, al ver el miedo en mi rostro, sentenció con «si quieres seguridad, hazte funcionario».

Unos tres años después, lo hice. Entré en la Policía Local. Y al año, me salí.

Y sí, es cierto que había seguridad en el funcionariado pero también es cierto que carecía de muchas cosas. Cuando quise dejarlo lo hablé con mi madre. Ella me dijo: «pero… ¿y la seguridad?».

«Mamá, ahora sólo tengo la seguridad de que odio ir a trabajar ahí».

Unos años después me hice empresario.

Pues bien, como funcionario, cada mes sabía que se me iba a ingresar la misma nómina. Como emprendedor, no he tenido dos meses seguidos de ingresos idénticos ni una vez. Y esto, me consta que provoca mucha ansiedad y estrés a mis queridos emprendedores.

Y es normal.

La incertidumbre del empresario es legendaria.

Cuando algún cliente me transmite este estado, yo le digo siempre lo mismo y te lo digo a ti hoy, para que te ayude a calmarte:
«Piensas que igual, de repente, empezarás a ganar menos. Puede que pienses que, de un mes para otro, tus gastos serán mayores que tus ingresos. Pero para preocuparte por eso tendrías que tener algún indicio o argumento que lo permitiese. Analiza, al menos, el beneficio de los últimos 12 meses y observa la tendencia. Si ves una bajada paulatina pero constante de los beneficios, preocúpate de verdad y haz algo para cambiar la tendencia. Si ves que la línea es horizontal y estable, no te duermas en los laureles y sigue así para que no comience a bajar. Y si ves que estás mejor que hace 12 meses, ¿para qué te estás preocupando? Un negocio no pasa de funcionar a no funcionar de repente haciendo lo mismo. Son procesos algo más largos y previsibles, y en los números está la información. Para que un negocio que tiene un beneficio medio de 5000 euros pase a no tener ninguno tienen que suceder muchas cosas negativas, tienen que aparecer muchos factores o uno de mucho impacto para romper esa media. No es tan fácil cargarse una empresa que funciona. Preocúpate, pero cuando haya motivos (números) para hacerlo. El miedo por el miedo es el peor de todos porque es invisible, pero es invisible porque no tiene motivos ni argumentos. Simplemente hay que negarlo, rechazarlo y no atenderlo. Cuando tengas miedo, mira los números y el histórico. Ellos te dirán si hay algo de lo que preocuparse o no».

Sí, si quieres seguridad hazte funcionario.
Pero es que la seguridad no es lo más importante.

Espero que te ayude y sirva.

 

¿Cómo ser más RESOLUTIVO?

—SOLUCIONADOR DE PROBLEMAS—
(artículo original de mi newsletter gratuita)

P: ¡Hola Joan! Hace poco escuché en una entrevista que te ganabas la vida como «solucionador de problemas» y… me encantó, me pareció brutal. Me da una envidia sana tremenda. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo ser más resolutivo? Quiero decir… ¿cuál es tu proceso para ser así? Muchísimas gracias por todo, eres muy distinto a todo lo demás que veo en el mundo internet.

R: Muchas gracias por tus bonitas palabras. Al lío:

Sí, me gano la vida así, solucionando los problemas de mis clientes. Podría describirlo de forma más poética o retórica pero esa es la mejor definición: soy un solucionador de problemas. No hay más. Y lo soy tanto para la vida de mis clientes como para mi vida.

¿Cómo lo hago?

Por puntos:

1- No pierdo nunca la compostura y mantengo siempre la calma. Cuanto más tranquilo, más inteligente. Cuánto más inteligente, más resolutivo. Aprendí, hace mucho, a dominarme, a no perder el control nunca a pesar de lo tremenda que pueda ser la situación. Eso me da una ventaja crucial cuando la mayoría pierde la cabeza, la compostura, la inteligencia y, por lo tanto, la resolutividad.

2- Contemplo muchas opciones. Soy capaz de ampliar mucho mi capacidad para observar las diferentes soluciones que puede haber a una problemática dada. La creatividad aquí es un plus. No me dejo seducir por la primera solución a un problema que se me viene a la mente. Hago acopio de paciencia y sigo explorando.

3- Soy paciente pero actúo rápido. Con esto quiero decir que tengo paciencia, como he dicho antes, para comprender completamente tanto el problema como las posibles soluciones pero cuando doy con la tecla, cuando doy con la mejor solución posible, la ejecuto de inmediato. Sin dilación. Al grano y de golpe.

4- Me encanta el ajedrez. Al igual que en este bellísimo juego, he aprendido a contemplar la posible concatenación de fases causa/efecto que se pueden generar a partir de la aplicación de una solución dada al problema. Si hago X pasará Y, y cuando pase Y pasará Z, y cuando Z suceda la seguirá A, y A dará paso a B. En esto soy jodidamente bueno.

5- Sé iterar. Y como sé iterar, no me da miedo comenzar. Soy muy bueno pero no infalible, eso hace que, a veces, me equivoque en algún paso. Si eso sucede, sé moverme rápido. Sé rehacer el plan y continuar hasta solventar el asunto. No me desmorono ni me desanimo. Si encuentro un camino y resulta que no tenía salida, vuelvo al camino anterior y busco otro.

Con esto, aún ha aparecido en mi vida un problema, mío o de un cliente, que no haya podido solucionar de una forma u otra.

Espero que te sirva y ayude.

FUERZA Y PAZ.

Los 5 mejores libros sobre relaciones y comunicación.

5 libros que he leído muchas veces. 5 libros que he aplicado en la vida una y otra vez. 5 libros por los que pongo la mano en el fuego.

(Artículo original de mi newsletter, suscríbete GRATIS aquí)


P: Buenas Joan. Me encanta tu forma de ver las relaciones personales y los consejos que das sobre como comunicarnos con los demás. He probado muchos de ellos y siempre me han funcionado. Eres un crack. ¿Puedes recomendarnos algunos libros que tú hayas leído y que sepas de primera mano que funcionan? ¡¡Muchísimas gracias!!

R: Muchas gracias por tu pregunta y tus palabras.

Decía Adler que todos los problemas son, directa o indirectamente, problemas con otras personas. Y estoy bastante de acuerdo. Por eso, si mejoramos la forma de tratar con las personas nos ahorraremos un número importante de problemas.

Y sí, creo que he leído todo lo publicado sobre relaciones y comunicación interpersonal. Tengo varias estanterías de mi biblioteca personal llenas de libros de este tipo. No puedo decir que la mayoría sean buenos pero, de entre todos ellos, hay 5 en concreto que son absolutamente increíbles. Son estos:

1- Comunicación NoViolenta, de Marshall Rosenberg – Uno de los libros cuyos conceptos y técnicas más uso tanto en mi vida personal como en el trabajo con mis clientes. Estuve años buscando «el libro» sobre comunicación hasta que di con este y me dije «por fin, ya no hace falta buscar mucho más». Me parece el mejor que hay sobre comunicación, punto. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/3W9cqsT

2- Las 7 reglas de oro para vivir en pareja, de John Gottman – El mejor libro sobre parejas que he leído jamás. El autor da en el clavo una y otra vez. Y siendo la pareja la relación más difícil e importante de la vida, qué mejor libro que este. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/3znWOZk

3- Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, de Dale Carnegie – Me da lo mismo la crítica absurda sobre el libro sólo porque sea un autor de autoayuda. El libro es buenísimo y extremadamente útil. Que no te engañe la abusada falacia ad hominem, el contenido del libro es magistral. Y te lo digo porque yo también creía que el libro iba a ser muy pobre hasta que lo leí y quedé totalmente maravillado. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/4eRdicI

4- De cómo tratar con las personas, de Adolph Knigge – Libro de 1788 pero tan actual como el que más. Una de las mejores sorpresas que tengo en mi biblioteca. Impecable de principio a fin. Práctico a más no poder. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/3zpfgRA

5- Nunca comas solo, de Keith Ferrazzi – A más y mejores contactos, mejor vida. Y para eso, este es el libro. Polémico por el pragmatismo que presenta. Sin embargo es un libro que he recomendado a muchos clientes del mundo de los negocios y lo tienen siempre como uno de los libros que más les marcaron. Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/3RSFaTW

BONUS- Nunca renuncies a ser feliz – En mi libro hay 3 capítulos exclusivamente dedicados a la relación con uno mismo, la relación con los demás y a la pareja. Si buscas un libro que tenga esas 3 patas cubiertas, ahí tienes tu opción. 😉 Puedes comprarlo aquí: https://amzn.to/4cwwaw7

Como ves, hay libros para todo.

FUERZA Y PAZ.
Y LIBROS.

 

«Me sobran 200 euros al mes, ¿dónde los invierto?»

¿Dónde meter parte del dinero que vas ahorrando? ¿Dónde poner pequeñas sumas?

(Artículo original de mi newsletter «El emprendedor Feliz»,
puedes suscribirte AQUÍ completamente gratis)

Es una pregunta que muchos emprendedores me han hecho cientos de veces.

¿Dónde meto parte de lo que gano?
¿Dónde es mejor invertir?
¿Qué hago con estos 300 euros que me sobran todos los meses?

Y es normal. El dinero es un activo que, bien usado, puede hacerte ganar más dinero. Es la quintaesencia del capitalismo: usar capital para ganar más capital. Usar dinero para ganar más dinero. Ahora bien, no es fácil. Nada fácil. Y menos aún cuando hablamos de pequeñas sumas de dinero ya que es difícil sacar una rentabilidad que haga la diferencia con pequeñas aportaciones a no ser que empieces muy pronto en la vida y tengas mucha paciencia para llegar a ver cómo terminan sumando una diferencia notable.

Yo aconsejo dos cosas y el artículo de hoy va sobre la segunda de estas dos.

1- Ahorrar hasta tener una cantidad que te permita llevar a cabo una operación de cierto calibre, como comprar una vivienda para venderla.

2- Invertir en el propio negocio.

Y digo invertir en el propio negocio como digo también invertir en ti mismo, como punta del iceberg de tu negocio.

Antonio es un cliente que lleva años conmigo. Tiene una empresa muy exigente. Tiene que tratar mucho con clientes y eso es de las cosas que más quema. Cuando comenzamos a trabajar su hartazgo era palpable y me propuse cambiar eso, sin embargo en la primera sesión ya me dijo que le gustaría mover 100 «eurillos» al mes de alguna forma. Yo le respondí: «Me parece bien, 50 euros para una masaje relajante al mes y otros 50 para pasar una mañana en un spa».

Él me contestó: «No, no. Me refiero a invertirlos para ganar un poco más de dinero».

Le dije: «Te he entendido perfectamente».

A regañadientes… me hizo caso.

A los pocos meses comenzó a trabajar mejor, a tratar mejor a sus empleados y a tratar con más energía a sus clientes. La rentabilidad de su empresa subió un 2% al cabo de 6 meses sin cambiar, aparentemente, nada más. No obtuvo una rentabilidad del 2% de esos 100 euros pero sí la consiguió de los 12000 que facturaban normalmente al mes. Haz las cuentas.

Otro cliente que tuve comenzó a destinar un montante similar a mejorar su apariencia. Se apuntó al gimnasio y contrató un entrenador personal. Comenzó a llevar siempre el pelo bien cortado y empezó a vestirse mejor. Él mismo dijo que su negocio se había disparado desde que comenzó a invertir de esa manera en sí mismo.

Como ves, esto de las inversiones se puede enfocar de muchas maneras.

Es como la vez que un cliente mío me dijo que estaba metiendo cada mes 200 euros en la bolsa mientras calzaba unos zapatos terribles, viejos, sucios y descoloridos.

Lo primero es lo primero.

Invertir está muy bien, por supuesto que sí, pero hay muchas formas de conseguir un buen retorno de la inversión.

¿Necesitas más ideas? Apunta, te dejo una lista por si no sabes qué hacer con esos 100 o 200 euros que te sobran al mes:

-Libros para tu desarrollo personal.
-Cursos y formaciones.
-Imagen personal.
-Ropa de calidad.
-Un buen perfume.
-Zapatos.
-Invitar a algún cliente a comer o cenar.
-Un buen masaje relajante.
-Un entrenador personal.
-Un regalo para tus mejores clientes.
-Un regalo para tu mejor empleado.
-Invitar a comer a tus empleados.
-Decoración para tu despacho o local.
-Inversión en elementos de la empresa (maquinaria, mantenimiento, reparaciones, etc).
-Un sastre para mejorar la ropa que ya tienes.

Hay muchos más. Piensa tú en cómo podrías invertir mejor en ti o tu negocio una suma modesta de dinero y mándamelas respondiendo a este correo. Te leeré encantado.

Espero que te sirva.

Emprendedor: El Equilibro (NO) Es Imposible.

EL EMPRENDEDOR Y EL EQUILIBRIO.

Una vida sin equilibrio es una vida torcida que un día terminará quebrándose.

Y pocas cosas hay con más capacidad para desequilibrar una vida que una empresa. Esto es así, y lo sabes bien, mi querido emprendedor.

Lo sabes, por ejemplo, cuando los políticos hablan de «conciliar la vida personal con la profesional» pero nunca incluyen en ese plan a los autónomos y empresarios.

El emprendedor se tiene que buscar la vida solo.

Es el olvidado. El apestado. El outsider que sostiene la economía de un país creando empleo y pagando pingües impuestos.

No hay propuestas para autónomos. Que se jodan. Capitalistas de mierda.

El emprendedor se tiene que apañar solo.

Y casi que mejor así. Prefiero buscarme yo la vida a que me la busque el político de turno que no ha creado un puesto de trabajo o un servicio o producto en su puta vida.

UN CASO REAL.

Mira, hace unos meses me contrató un empresario para ayudarle a optimizar recursos y a organizarse mejor. En la primera sesión ya se echó a llorar. Literalmente.

«No me he dado cuenta y ahora mi hijo mayor ya tiene 16 años y apenas para por casa. No lo he disfrutado nada. Me he matado a trabajar por mi familia y ahora me arrepiento de todo lo que me he perdido», me decía.

Dime tú si esto no es un drama.

«Tendría que haberme hecho funcionario», concluyó.

¿Y sabes qué? Que tenía razón.

Para lo que su empresa exigía de sí mismo lo mejor habría sido cerrarla y sacarse una oposición.

Mi posición es clara: el emprendimiento sólo vale la pena por dos cosas:

El techo de crecimiento es mayor que como asalariado o funcionario.
La libertad.
Y el punto 2 es más importante que el punto 1.

TECHO Y LIBERTAD.

Me explico.

Como asalariado o funcionario no se tarda mucho en averiguar dónde está el techo máximo al que uno aspira. Yo mismo, cuando entré en la policía local, pregunté cuánto era lo máximo que podría llegar a ganar ahí. Me dijeron (hace 20 años, eso sí), que unos 3000 euros. El sueldo medio de un policía local era entonces de unos 1500 o 1600 euros. Vamos, que el techo no estaba muy lejos de las condiciones iniciales.

Y luego está la libertad. Yo, como policía local, ya sabía que iba a tener que hacer mis turnos con las horas establecidas para siempre. No había nada que yo pudiese hacer en cuanto a méritos para, por ejemplo, llegar a trabajar 3 o 4 días a la semana 3 o 4 horas.

Como emprendedor, si haces las cosas muy bien, puedes llegar a ganar mucho más que en tus inicios y puedes llegar a trabajar muchísimo menos que cuando empiezas.

Y esa es, para mí, la gracia de hacerse emprendedor. Así que, si no tienes esto ¿qué sentido tiene ser emprendedor?

LO MÁS IMPORTANTE.

No hay nada más importante que tu vida personal.

Tu vida profesional sólo tiene que ser un catalizador, un potenciador de tu vida personal.

Trabajas para que tu vida sea mejor, para que te dé cosas y NO para que te las arrebate. PUNTO.

Así que, todo esfuerzo profesional que hagas, debe tener como primer y único beneficiario tu VIDA PERSONAL, lo que pasa FUERA del trabajo.

Habrá momentos para remar más, claro que sí, pero sólo deben existir para pronto remar menos… o remar mejor para no tener que remar tanto.

¿El equilibro? El equilibrio es esto: VIDA PERSONAL ANTES QUE LA VIDA PROFESIONAL. SIEMPRE.

El Dolor, El Consuelo Y La FE.

No siempre hay un consuelo disponible.
A veces sólo nos queda aguantar.
Apretar y resistir.
Tener fe y esperar.
Seguir adelante, temblando, a rastras, pero hacia delante.

El dolor es real porque las desgracias y los malos momentos lo son.
No podemos darle la espalda a la naturaleza de la vida.
Nadie quiere sufrir, y es normal. Pero todos hemos sufrido o sufriremos, y es lo normal.

De alguna forma, el dolor nos iguala.
Nos devuelve al suelo, a la tierra.
Y en esa humildad compartida y repartida, de alguna manera, encontramos algo de consuelo.

FUERZA Y PAZ.

 

 

Con El Amor NO Basta.

«Si me quisieras, no me dejarías».

Se dice mucho.
Y a veces es cierto.
Pero en la mayoría de ocasiones, no.
La mayoría, deja al otro queriéndolo en un grado u otro.

Y además hay quien no ama a su pareja y no la deja, por ejemplo.

El amor es una gran cosa que vive de otras muchas.
De la compatibilidad, sobre todo.
Pero también de la amistad.
De la confianza.
De la comunicación.
De la empatía.
Del cariño.
Del objetivo de vida.
De los valores.

Si con el amor bastase… apenas habría corazones rotos.

FUERZA Y PAZ.

 

¿Qué hacer cuando NO tienes CLARA tu VIDA? – Pregunta a Joan.

—HACIA DÓNDE IR—

P: ¡Hola, Joan! Me encuentro bastante perdido en la vida, no tengo nada claro qué camino tomar. ¿Tienes algún consejo? Muchísimas gracias por todo lo que nos das cada día. Y gratis. Es increíble.

R: Muchas gracias por tus bonitas palabras.

Piensa en una carrera de 100 metros lisos. Todos parten de la misma línea, esperan y cuando suena el pistoletazo de salida todos parten en línea recta hasta la meta. ¿Sí?

Nunca has visto que suceda otra cosa.

Nunca has visto a uno corriendo a cuatro patas como un perro.

Tampoco has visto uno corriendo hacia atrás.

Y tampoco has visto a uno correr hacia las gradas.

Todos van en línea recta y lo más rápido que pueden hacia la meta.

Y esto es así porque el objetivo final, el objetivo mejor y mayor de esa carrera es llegar el primero. Ganar. Y por eso, todos hacen lo que hacen, porque es lo que más sentido tiene teniendo en cuenta el fin último, que es, como he dicho ya, llegar y ganar.

Pues la vida es igual, pero mejor.

Porque no importa llegar el primero. Lo que cuenta es llegar.

¿Llegar a qué?

Llegar a ser feliz.

Porque la felicidad es el bien mejor y mayor que cualquier otro.

Y si esto es así entonces lo que tengo que hacer durante el tiempo que sea necesario debe ir enfocado y dirigido a alcanzar dicho bien. Dicho objetivo. Dicha meta.

Así que, si estás perdido y no sabes qué camino tomar, lo que tienes que hacer es situar la felicidad como norte en tu vida.

Porque cuando lo hagas, verás bajo una mejor luz, que es lo que deberías empezar a hacer y qué es lo que deberías dejar de hacer.

Haz 3 listas, una con las cosas que hay en tu vida que te hacen más feliz. Sigue con ellas. Dales más espacio si es necesario.

Otra con las cosas que hay en tu vida que te hacen más infeliz. Cárgatelas. Todas. Sin compasión. De cuajo. A tomar por saco.

Y una última con las cosas que crees que podrían hacerte más feliz y que podrías incluir desde ya. Me da igual, lo que sea. Aprender a tocar la guitarra, apuntarte a pilates o leer sobre ingeniería. Lo que sea. E introdúcelas. Hazles hueco.

Hazlo y dale 6 meses. Cuando pase ese tiempo, analiza y repite las 3 listas.

Cualquier avance a este respecto te llenará de certeza, seguridad y confianza de que estás haciendo lo que es debido, lo que verdaderamente tiene sentido.

A por ello.

VAMOS.

FUERZA Y PAZ.

 

Lo Que Tienes Que Hacer Con Lo Que No Debes Hacer.

“Para que las cosas me vayan bien tengo que hacer una serie de cosas precisas e importantes de alto impacto que suponen el aumento de la probabilidad de conseguir aquellas cosas que necesito. Luego hay otra serie de cosas que no tienen nada que ver con este fin pero que son muy peligrosas pues le quitan tiempo a las cosas importantes y aumentan el riesgo de terminar dejándolas de lado lo que provocaría dejar de lado el conseguir aquellas cosas que necesito. Así pues, el éxito depende de descubrir qué cosas hacer y protegerlas de las cosas que no hay que hacer. Punto.”.

 

Descarga gratis una lista con los mejores 100 libros que he leído nunca.

 

La Historia De Miquel.

Había un chiquillo. Se llamaba Miquel. Tenía su pupitre delante de la mesa de la profesora porque era la única forma de tenerlo vigilado. No porque hiciese algo sino porque no hacía nada. Nada de nada. Se pasaba las horas callado y quieto. No interactuaba. Estaba ahí pero no estaba ahí.

Un día, la profesora nos preguntó “¿qué es lo que más miedo os da del mundo?”.

Yo dije “las arañas”. Otro dijo “la guerra”. Él dijo “mi padre”.
Por lo visto, su padre bebía y le daba palizas a diario. Nunca notamos nada.

Pasó así toda su etapa en el colegio y luego ya no lo volví a ver hasta los treinta.

Me lo encontré en un bar, tomando un café con leche, mientras hablaba y reía con el camarero y un amigo.

Le dije “hola, Miquel, ¿te acuerdas de mí?”.
Me respondió “claro que sí, Joan, ¿qué tal todo?”.
Le contesté “parece que estás muy bien, me alegro mucho”, y justo en ese momento entró una mujer, besó a Miquel y dos niños pequeños aparecieron corriendo para abrazarlo. Eran sus hijos.

Dijo “te presento a mi mujer y a mis hijos”.
Todos sonreían. Felices.

Todo puede cambiar.

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