Conversación sobre el dolor con un cliente.
—Joan, ¿cómo se lo digo sin hacerle daño?
—Una tirita duele menos cuando la retiras de un tirón.
—¿Y si espero un poco más para prepararme mentalmente?
—Las tiritas que más duele quitar son aquellas que se dejan puestas demasiado tiempo…
—Es verdad…
—Mira, no se trata de no hacer daño sino de hacer el daño lógico e inevitable. Y, sobre todo, no hacer más daño del necesario. Haz lo que tienes que hacer y no infravalores la capacidad de las personas para salir adelante. Joder.