Dios, El Sufrimiento Y La Fortaleza.

Cuando me toca sufrir pienso en muchas cosas pero… sobre todo, pienso en Dios.

Pienso en la cruz. Pienso en que nunca viviré nada peor que lo que Jesús vivió. Y cuando lo hago, me niego ante la posible queja pues me veo sin derecho a quejarme. Miro mi dolor en el espejo de la cruz y en la carne despegada de Cristo, así, en el mismo momento, me duele ya menos porque pienso en lo lejos que está de ser realmente un dolor «insoportable» de verdad.

Pienso también en que siempre le he pedido a Dios ser lo más fuerte y humilde que pueda. Y para eso, Dios sólo puede enviarme situaciones que me hagan fuerte y humilde. Así, Dios me manda pasar por lo que necesito para hacerme más fuerte y humilde.

Está claro que prefiero no sufrir a sufrir.
Pero más prefiero ser fuerte a no serlo.
Y si para hacerme fuerte tengo que sufrir, que así sea.

FUERZA Y PAZ.

Son Cosas Que Pasan. Así Es La Vida.

La verdad es que a veces pasan cosas jodidas en la vida, a veces incluso sin merecerlas en absoluto.

Y ante la ausencia de una explicación racional de la que hacernos cargo, sólo nos queda la opción de soportar con dignidad la porción de sufrimiento y dolor que nos toque. Sólo “son cosas que pasan, así es la vida”.

En el peor de los casos, siempre podremos hacernos más fuertes.
La fortaleza interior: eso que no le sobra a nadie nunca.

FUERZA Y PAZ.

INFORMACIÓN MENTORÍA GRUPAL

Objetivos O Algo Fuerte Por Lo Que Luchar.

No se trata tanto de tener objetivos como de tener algo realmente importante por lo que luchar.

Algo tan fuerte que, cuando te invada la pereza y el desánimo, con sólo recordarlo… recuperes de golpe y sin esfuerzo toda tu fuerza interior.

Alguien que tenga eso será simplemente imposible de derrotar.

Busca ese algo. Con absoluta desesperación.

FUERZA Y PAZ.

Conversación Sobre El Miedo Y La Valentía.

Conversación real con un cliente:

—¿Qué te da miedo?
—No sé, Joan…
—No quieres ni nombrarlo, ¿no?
—Eso es.
—¿Prefieres ignorarlo o hacer como que no existe?
—Creo que es como vivo. Así, mientras que lo que me da miedo no aparezca evito comerme la cabeza.
—¿En serio que no te la comes?
—Bueno Joan… no me la como tanto. Vivo mediotranquilo.
—Ah, ¿y si eso que temes un día llega a tu vida? ¿Sabrás qué hacer? ¿Tienes un plan?
—Ya pensaré en ello llegado el momento.
—¿Y no es mejor pensar en eso ahora y después vivir tranquilo?
—¿Mejor que qué?
—Mejor que vivir «mediotranquilo».
—¿Se puede vivir completamente tranquilo, Joan?
—Sí.
—¿Cómo?
—Siendo valiente y fuerte.
—¿Y ya?
—Claro… ¿acaso no vivirías más tranquilo si fueses más fuerte y más valiente?
—Sin duda…
—Y esconderte de tus miedos, ¿te hace más fuerte y más valiente o… más cobarde y temeroso?
—Es verdad… joder, tienes razón. Dime lo que tengo que hacer Joan, quiero probar al menos.
—Ahora te escucho. Vamos.

 

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FUERZA Y PAZ.
Joan Gallardo.

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