Hace una semana, después de varios meses (sí, meses) insistiendo, un cliente se atrevió a decirle la verdad a su esposa.
«No soy feliz aquí».
Estaba entre eso o directamente divorciarse.
«Para divorciarte siempre estás a tiempo. Antes, deja que la verdad haga su trabajo».
¿La reacción de su mujer?
«Ya lo sabía. ¿Crees que podemos arreglarlo? Te quiero y deseo seguir a tu lado».
¿Qué pasó después?
Se dijeron la verdad. El uno al otro.
¿Resultado?
Han avanzado más en una semana que en los últimos 2 años.
La verdad es el único camino por el que vale la pena andar.
Por muy cuesta arriba que a veces se ponga.
Y recuerda, sólo la verdad señala lo que es debido hacer.
Sí, la verdad es para valientes o para los que quieren llegar a serlo. Punto.
FUERZA Y PAZ.