Casi los 107’5 kgs.
Contad los días hasta que lo consiga. Lo tengo observado y por lo tanto ya está en proceso de materializarse.
Colapsemos ese mar de posibilidades en lo que de verdad deseamos.
Todo en un sólo punto cada vez.
Con espíritu y amor.
Vamos!!!
Nunca ofrezcas un perdón que no te crees ni tú. No puedes vender sandías con el aliento oliendo a melones. No es falsedad, es conveniencia interesada. Precisamente la peor de las incoherencias.
Qué bonita mañana. Qué bonita semana. Qué bonito lunes. Qué bonito entrenamiento.
Qué bonita vida.
Qué bonito todo.
Tus pensamientos cambian hasta la biología de tu cuerpo segundo a segundo. Los hay que se cubren las espaldas de la salud vía medicamentos y un buen seguro médico cuando, por lo visto, puede ser más efectivo simplemente intentar ser muy feliz, amar todo cuanto hagas y huir del estrés.
Si la felicidad viniera en pastillas la encontrarías en una farmacia patrocinada por una aseguradora. Hasta ese día, la felicidad es libre y gratis.
Sólo cuando estés libre de culpabilidad podrás empezar a contemplar la verdadera posibilidad de perdonar a otros realmente. Tienes que aceptar tu propio perdón antes de empezar a darlo. Si no es así, simplemente no tienes credibilidad para hacerlo. «Un Curso de Milagros» dice que no puedes enseñar lo que no has aprendido.
Se necesitan más cojones para perdonarse a uno mismo que para perdonar a otros.
Me alegro bastante de poder empezar esta nueva categoría en www.coachingcavernicola.com. Digo bastante y no mucho porque siento que casi no tenía otra opción. Os explico:
Porque no puedo quedarme expectante ante el aluvión de malas noticias, espectáculos gore, vejaciones, agresiones, puterío y demás lindezas que veo a diario cuando enciendo la tele, leo un diario, abro facebook, twitter o lo que sea. Es incesante y continuo. Mires por donde mires hay motivos para perder la esperanza. No puedo cabrearme y no hacer nada al respecto. Ya que quiero: puedo.
Mi balcón es pequeño, de momento. Lo sé. Pero es más que suficiente para empezar. Voy a ir compartiendo con vosotros todo cuanto encuentre en mi camino espiritual y que me sirva o me haya servido de ayuda para restaurar mi fe y esperanza en la vida. Desde buenas noticias hasta conferencias o vídeos, pasando por cualquier cosa que crea que os puede ayudar.
Ese paradigma es el paradigma de la espiritualidad, de la contemplación de nuestro ser más allá del físico. De la restauración del ser. De la renuncia del ego. Del auto-conocimiento. De la plenitud, del amor, del no juicio, del perdón, del amor y de la paz interior. Por tanto de la paz total.
Estoy convencido de que estamos en camino de ese nuevo paradigma. Lo sé porque no se puede hacer peor ahora mismo. Y cuanto más la caguemos entre todos antes nos veremos dulcemente obligados a volcarnos hacia el otro extremo. Al otro precioso extremo. Como la primavera que siempre llegó tras el invierno.
Como poco, vas a tomarte un respiro aquí. Vas a saber que cuando salgas de esta página, te vas a sentir mejor. Te lo prometo. Yo me encargo.
EMPEZAMOS.
Y 110kg desde tacos!!
Cuanta más paz tengo más fuerte me vuelvo.
Cuando vayas a hablar, para un momento antes. Piensa si lo que vas a decir aportará algo al mundo o a la vida de alguien. O a la tuya misma. Si no es así, calla. Todos los conflictos nacen de una palabra que sobró.
Nunca le diría a una montaña que no está en su lugar o al mar que hace demasiado ruido al tocar la orilla.
Deja que los que te rodean sean libres y vivan el gozo de su propia y pura existencia. Jamás podrás darles una muestra de amor superior a esa.
Cuando naciste nadie esperaba que llegaras a ser el mejor en nada.
Sólo querían amarte y que fueras capaz de amar.
Querían que fueras un campeón en eso.
Yo diría que somos amor en carne y sangre.
Poco a poco nos descentramos hacia otras cosas de las que nadie se preocupaba en tus primeras épocas de vida. Dinero, fama, respeto… casi perdimos el idioma del amor por el del ego. Tentados por la pura supervivencia en nuestros años más vulnerables.
Menos mal que en verdad está tan arraigado en nuestro espíritu que conectar con éste significa re-conectar con el amor.
Cuando te decidas, volverás a ese estado. Te lo prometo.
Deja marchar todo lo que no ames con todo tu corazón. En algún otro sitio lo cuidarán mejor que tú. Si no lo haces no puedes llamarlo amor, no puedes llamarlo tuyo pues tú no eres suyo. No sois de ambos porque no sois vuestros. Pues no sois ya la misma cosa. Y el amor es ser la misma cosa de uno en uno, por separado.
La posesión es la perversión del amor. El amor es libertad. La libertad es amor. Todo lo que aprietas demasiado termina rompiéndose o resbalando de entre tus dedos.
No le pongas correa al perro. Si marcha no corras tras él.
No sé si las personas felices enferman menos, quizás me falta un estudio para demostrarlo. O quizás esas personas no tienen tiempo para cosas tan serias. La cuestión es que, como persona feliz, si mañana me asolara una enfermedad mortal, daría mi vida por completa y genialmente bien vivida.
No te prometo que si eres feliz tendrás salud para siempre (aunque lo sospecho), pero sí te digo que es mejor vivir 40 años feliz que 100 desgraciado pero sano.
¿Nos iría todo mejor amando más o siendo más hijoputas?
¿Estamos hechos para amar o para odiar?
¿De verdad no lo podemos hacer mejor?
¿Vamos a seguir destrozándonos la vida y destrozando el planeta?
¿Puede el individuo cambiar el mundo?
¿Hay esperanza?
AYUDA A DIFUNDIR EL CAMBIO. POR FAVOR.
La máxima cantidad de energía se consume en prestar atención al ego. Cuando nuestro punto de referencia interno es el ego, cuando buscamos el poder y controlar a los demás, o buscamos recibir la aprobación de los demás, estamos despilfarrando energía.
Cuando se libera esa energía, es posible volver a canalizarla y utilizarla para crear cualquier cosa que queramos. Cuando su punto de referencia interno sea su espíritu, cuando usted sea inmune a las críticas y no tema ningún desafío, podrá domeñar* el poder del amor y utilizar creativamente la existencia para conocer la abundancia y la evolución.
En El arte de soñar, Don Juan dice a Carlos Castaneda: «(…) la mayor parte de nuestra energía la dedicamos a defender nuestra importancia (…) Si fuésemos capaces de perder una parte de esa importancia, nos sucederían dos cosas extraordinarias. En primer lugar, liberaríamos nuestra energía del esfuerzo de mantener la idea ilusoria de nuestra grandeza; y, en segundo lugar, conseguiríamos la energía suficiente para (…) asomarnos a la verdadera grandeza del universo»
Las personas sí pueden cambiar. La mayoría de ellas no tienen ni pajolera idea de quién son. ¿Cómo no van a poder cambiar? Aquello que llaman YO bien pudiera ser casi en exclusiva EGO. El Ego es como la hiedra. La hiedra, sin un enrejado, una valla o un muro no alcanza más de 20cm de estatura. Con una pared donde agarrarse puede trepar hasta los 30 metros de altura. Sin la pared no es alta, con la pared llega al monstruosismo. El Ego es igual. Si le das ese soporte para su trepa llegará a cubrir tanto tu ser que ni tú ni nadie sabrá que hay detrás. Humedad y mugre en la mayoría de casos.
Pero por mucho que trepe y se tupe sobre el ser, nunca conseguirá que el Sol deje de iluminarlo. Sólo se necesitará un resquicio por donde pase la luz para posibilitar, al final, el inicio del auto-descubrimiento, el auto-conocimiento y el CAMBIO.
1 mes después de pasar a Squat jerk estoy a nada de igualar el mejor split jerk que hice jamás.
Y antes de primavera ya lo habré superado. Estoy tan seguro de ello como de mí mismo.
Siempre me recordará que nunca debo aferrarme a lo que no resuena en mí.
No tenía coherencia con el Split y busqué otro sendero. Consentí bajar 35 kilos mi jerk y aquí estamos llegando ahora.
Busca el amor porque siempre saldrás más guapo, alto y fuerte.
Cosas del amor. Magia.
Vamos.
«Las mayores locuras se hacen por amor». Mentira. Las mayores locuras se hacen por dinero y poder. Es una de las grandes derrotas de la sociedad del último siglo.
Sin embargo te invito a que ayudes a expandir un nuevo paradigma. El de esa sensación que el «loco por el dinero y el poder» tiene cuando se da cuenta de que al final, ni el poder ni el dinero llenan hueco alguno a nivel espiritual.
Más locos por el amor. Tantos locos juntos así deseo, que finalmente formen una nueva cordura. Un nuevo paradigma por el amor. El verdadero Milagro.
Mis días duran exactamente lo que necesito para hacer todas las cosas que quiero hacer cuando me despierto por la mañana. Por eso tengo todo el tiempo del mundo. A diario.
Entre las cosas que quiero hacer suele estar no hacer nada. Es una de las mejores formas de tener más tiempo.
¡Qué difícil es no juzgar! Y más cuando se te da bien. Por eso quizás cueste renunciar a ello. En el fondo no es que no quieras dejar de juzgar… es que no quieres dejar de tener razón en tus juicios. Puede que sea uno de los mayores pasatiempos del ego: Tener razón. Tan tentador como artificial.
No me interesa que en mi lápida ponga: «Joan Gallardo: Un tío que tenía razón». Supongo que tú tampoco lo quieres.
Quizás si empiezas a renunciar a tener razón termines por no juzgar tanto. O por no hacerlo en absoluto.
Como lo llegues a creer.
Media vida pensando que serás fuerte cuando hagas aquello o lo otro.
Pero la cuestión es aceptar el hecho de que esa fuerza viene de serie con tu espíritu.
La usas o no. Pero la tienes. Joder si la tienes.
Lo puedes llamar fuerza o libertad. Son sinónimos para mí.
No se encuentra en ningún «ismo» ni necesitas currículum para ejercerlos.
Sólo voluntad. Amor y voluntad.
