Lo tienes todo.

Aunque la vida te quite lo que creías poseer, lo sigues teniendo todo. «Me lo puedes quitar todo, me sigo teniendo a mí», repite.

Te prometo que sólo desde ahí puedes saborear los regalos de la vida.

Dinero, fama, éxito, familia, amigos, reconocimiento y posesiones no valen nada si crees que dependes de todas esas cosas.

Sin libertad nada tiene valor. Cogerás un puñado de oro y se volverá barro sucio.

Lo he visto mil veces.

Lo he vivido, que es como verlo un millón de veces.

SIGUE.

PAZ.

Imprimir

 

Paciencia salvaje.

Ese estado donde eres paciente. Porque no te queda otra. Pero ardes.

Y usas ese tiempo pensando en todo lo que vas a hacer cuando vuelvas.

Proyectos, ideas, estrategias, entrenamientos, programaciones, experimentos, vídeos, pruebas… Me hierve el alma.

Mi paciencia es activa en mi corazón. Salvaje.

Yo nunca estoy parado. Nunca estoy lesionado.

Como decía mi padre: «yo no duermo, pienso con los ojos cerrados. Medito». Y olé.

La vida te da. No para de darte. Aunque sean cosas así. Debes recogerlo todo.

Un montón de tablones de madera pueden convertirse en una casa. Un montón de fango tiene potencial de jarrón.

Algo construiré con esto. Ya lo veréis.

PAZ.

Imprimir

Sorpresas y saber estar.

Aún hay sorpresas, pero son de esas que terminan en un «bueno, pensándolo bien, también se veía venir». Es lo que tiene pensar útilmente, elimina toda la teatralidad. Chorradas fuera.

Por muy boquiabierto que me dejara en su momento, tanto un éxito como un fracaso, al poco encontraba la lógica a los pasos previos a dichas situaciones.

Es como encontrar un billete de 50 euros en el suelo al bajar del coche para descubrir después que se te habían caído a ti. Sorpresa que luego no.

Tenemos opciones. Nos podemos hacer los sorprendidos, sorprendernos y no pensar o, incluso, intentar controlar activamente lo que acontece antes para dedicarnos a disfrutar o aprender del desenlace final.

PAZ.

Imprimir

 

 

 

Dicen que…

… Ser padre es complicado y agotador.

Pero eso son sólo cosas que piensas cuando no estás con tus hijos.

Cuando estás cerca de ellos el tiempo se para, o vuela. El oxígeno se vuelve amor. La energía desborda, inconmensurable. Todo lo demás te da igual.

Tú dejas de existir, de hecho. Eres uno con ellos.

Nada es más fácil que abrazar a tus hijos. Amarlos. Que te quieran.

Complicado y agotador me importa un carajo.

Adoro ser padre. Es lo que mejor hago. De largo.

Paz.

Imprimir

 

 

 

Incondicional.

No hay nada peor que lo que se queda en un cajón por miedo. Por miedo a entregarlo.

Más vale que tengamos claro que cuando DAMOS algo DEBEMOS ACEPTAR su futuro, nos guste o no. Lo hayamos previsto o no.

Tu regalo será tan sincero como tú y como el destinatario.

Lo mejor que puedes hacer entonces, es dar con sinceridad y honestidad aquello que tengas que ofrecer. Así una parte de ti irá incluida en la operación.

No hay nada como DAR sin miedo. SER sin miedo.

Como ese árbol de ahí, que no se preocupa por cómo es, TAN SÓLO ES.

No pretende ser nada y así puede ofrecerse en toda su gloria a tus ojos. ¿No es sobrecogedor?

PAZ.

Imprimir

 

 

 

Esfuérzate.

Pero de verdad. Me cago en la puta. Deberías estar harto de nadar en la mediocridad de «lo justo y basta bien». JODER.

Que no es lo mismo IR A HACER que IR Y HACER.

Pasamos media vida haciendo lo justito, y encima esperamos las gracias.

Mi padre me decía que la diferencia entre hacerlo mal y hacerlo bien era grande, pero entre hacerlo bien y hacerlo «de cojones» era más pequeña.

Puedes empezar por hacer menos cosas, pero por Dios, que sean DE COJONES.

YO me declaro en huelga contra la MEDIOCRIDAD. Y TÚ?

 

Imprimir

 

 

Lee.

Si puedo darte un truco o consejo que los reúna a todos te diré que leas. Lee mucho, demonios.

Te contaría los beneficios de la lectura pero seguro que hasta sobre eso hay un libro.

Te hablaría sobre los beneficios sobre la autoestima que ello provoca pero hay cientos de libros que tratan sobre eso.

La riqueza personal que otorga queda reflejada en casi todos los libros escritos al terminar su lectura.

El recogimiento espiritual que supone ponerte a leer a solas lo conocerás cuando empieces a leer regularmente y no podrás ya dejarlo jamás.

La cultura absorbida hará justicia al esfuerzo de tantos escritores… de todos ellos.

Lee amigo mío. No pares de leer. Por ti y por el mundo. Es una responsabilidad.

PAZ.

Imprimir

 

Yo también.

Yo también me enfado. A veces hasta rabiar. A solas.

También aprieto el puño fuerte. Con ira.

También me tienta no perdonar. Por un momento.

También gritaría. Al cielo.

También dejo de entender algunas cosas. Y a veces ni lo consigo.

También estoy cansado. Y lucho contra ello haciendo cosas.

También tengo sueño. Y sueño de día.

También me quedaría durmiendo. Sólo un poco más. Algún día.

Al menos nunca tengo miedo. Gracias a Dios y a mi corazón.

Yo también siento lo mismo que tú. Pero descubrí que puedo volver al hogar. Y que está cerca. Está, de hecho, en mí. Entro por la puerta y siempre está a la mejor temperatura.

Ahí no me enfado.

Ni rabio.

Mis manos se abren suaves.

Ahí perdono.

Estoy en silencio.

Lo comprendo todo.

Soy vida.

Estoy despierto.

En pie.

PAZ.

 

Imprimir

 

Lo que posees.

Lo que posees acabará poseyéndote.

Decía Tyler Durden. Uno de los personajes más coherentes que haya visto jamás. Sí, eso he dicho.

Un loco a solas es un cuerdo perfecto.

Lo que posees y lo que crees poseer acabará poseyéndote… Y te hará añicos un día.

Si intento abrazar el océano y hacerlo mío me matará. No puedes poseer nada. Ni la libertad puede ser poseída. ¿Sería acaso libertad?

Mirad la peli, un par de veces. O catorce.

Pensad profundamente. Desde las entrañas. Despierta amigo.

PAZ.

Imprimir

 

Puede que la cima no importe tanto.

Un día te propones subir el Everest. Te das dos años para prepararte.

Empiezas a entrenar subiendo montañas más pequeñas, te pones en forma, comes mejor, descansas más y mejor.

Vas, poco a poco, comprando todo el material que necesitas y ahorrando para pagarte el viaje.

Quieres encumbrar. Llegar a lo más alto es lo más importante para ti y durante esos dos años soñarás con ello. Con estar ahí arriba.

Bien, llega el día. Estás a los pies del Everest. Das el primer paso y aterriza delante de ti un helicóptero brutal. El piloto asoma y te dice que si quieres, él te lleva prácticamente a la cima. Lo que quería está a tu alcance, a sólo una palabra. Decir que sí.

Hay dos tipos de personas, lo que cogerían el helicóptero y los que no y subirían solos a sabiendas que puede que no encumbren. ¿Qué tipo de persona eres tú?

PAZ.

Imprimir

El orgullo del cansancio.

Vivimos en una sociedad cansada mentalmente. O emocionalmente. Sigue habiendo trabajos físicos duros, muy duros, pero cada vez los hay menos. El cansancio físico REAL parece estar en minoría.

Pienso en el programa «El encantador de perros» y recuerdo con asombro cómo muchas veces arreglaba el asunto de un perro problemático poniéndolo a caminar en una cinta hasta que se cansaba. Después de cansarse se tranquilizaba y se echaba un sueño.

Hace un millón de años estuve una larga temporada con un trabajo bastante físico, terminaba molido y con los pies a punto de explotar, pero llegaba la hora de ir a casa y mi felicidad y alivio apenas se contenían en mí. Me tumbaba en el sofá, pero con el mentón alto.

Veo a los niños cuando pueden hacer el loco, correr, saltar y gritar para después convertirse en maestros de la quietud y el silencio. Asombroso.

A veces pensaremos que estamos cansados, pero seguramente será apatía.

Cuando creas que estás cansado, (aunque no te hayas movido de dos metros cuadrados en la mayor parte del día) yo de ti intentaría ponerme a entrenar. O cortar leña con un hacha. O pasear el perro, o mejor, ponerte a correr con él.

CÁNSATE, PERO DE VERDAD. Hasta que, por cojones, te sientas orgulloso de ello.

La apatía se diluye en el movimiento. Y estará dulce. Prometido.

PAZ.

Imprimir

La verdad está ahí dentro.

Deja de intentar impresionar a los demás. Acabarás siendo un trozo de lo que cada uno espera de ti.

Descubrirás que son insaciables y en tu esfuerzo por seguir terminarás olvidando cómo eres en verdad.

Como el ventrílocuo que con el paso de los años olvidó cómo era su propia voz.

Tenemos mucho por descubrir dentro como para estar tanto tiempo buscando fuera.

Como la humanidad surcando el espacio cuando queda el 94% de los océanos de aquí por explorar… Nunca es tarde. Para nadie.

PAZ.

 

Imprimir

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies