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No es rabia. Es una explosión.

Mi cuerpo no puede contenerme.

Simplemente.

Y mejor así.

Mi realización de vida es haber conseguido no poder distinguir entre domingo o martes.

Día o noche.

Entrenamiento o descanso.

Trabajo o tiempo libre.

Estar soñando o estar despierto.

No tengo palabras.

Gracias a la vida.

 

Pues buenos días no!?!?!? ❤

Paz y Sentadilla.

El mejor día de tu vida ha empezado.

Si no te pega la «tontería» un par de veces a la semana mal vamos.

También un ataque de risa al día es lo suyo.

Ya que estás una sonrisa de forma nativa en el sistema tampoco está mal.

Pon un par de «te quieros» y de «gracias» por el camino.
Un guiño de ojos por aquí y unos abrazos por allá también está genial.

Ya lo tienes. Ingredientes básicos.

Repetir. Ser feliz. Hacer feliz. Sonreír y hacer sonreír.

Chimpón.

¿Te acuerdas? ¿Se parece a lo que ves cuando te miras al espejo?

La mayor renuncia del hombre tiene que ver con la de su propia expectativa.

Pregúntate lo siguente:
¿Qué te separa del hombre que soñabas ser?

Hay que buscar la forma de estar conectados (o desconectados) para siempre a lo que hacemos.

Aunque no lo creas, hay ciertas cosas que sí son para siempre.

Te animo a emprender su búsqueda y descubrir esa luz que nunca se apaga.

Despierta.

No eres tu cuerpo.

Pero ya que tienes ese regalo sagrado de Dios:

Úsalo con todo el amor y pasión que puedas.

Respeta ese templo divino que guarda tu espíritu.

Diviértete.

Uno de esos días… De esos que no te sale nada.

De esos que se te pone cara de animal.

De esos que… aprendes.

De esos que horas después te paras y sientes que has aprendido muchísimo.

De esos que dices: «Qué bien vienen días así»

Vamos Tribu. A por más.

De niño me preguntaba qué aspecto tendría a los 30.
Si me llegan a enseñar esta foto entonces… ni me reconocería.

Me pregunto qué aspecto tendré a los 40.

Me pregunto cómo pensaré a los 40.

Es lo bueno del desapego. Te mantiene unido al cambio.

Desapego y desarraigo. Pruébalo.

Despierta.

Qué bonita mañana. Qué bonita semana. Qué bonito lunes. Qué bonito entrenamiento.
Qué bonita vida.

Qué bonito todo.

Como lo llegues a creer.
Media vida pensando que serás fuerte cuando hagas aquello o lo otro.
Pero la cuestión es aceptar el hecho de que esa fuerza viene de serie con tu espíritu.

La usas o no. Pero la tienes. Joder si la tienes.

Lo puedes llamar fuerza o libertad. Son sinónimos para mí.

No se encuentra en ningún «ismo» ni necesitas currículum para ejercerlos.

Sólo voluntad. Amor y voluntad.

Así va la vida.

Tantas lecciones a diario que abruman. Lo sé.

Dan ganas de no pensar. Y es buena idea.

Dejarlo todo al espíritu. No juzgar tus propios sentimientos. No tomar en serio los pensamientos incesantes y martilleantes.

Ahí el ego se relame. No lo permitas.

No le dejes vivir la vida demasiado en serio.

Relájate. Entrégate. Libérate.

Cada entrenamiento es diferente de todos los demás.

Como si fuera el primero. Como si fuera el último de mi vida.

Más intensidad imposible. Casi me sobrecoge el alma.

A veces se me hace un nudo la garganta al terminar.

Mis arrugas en los ojos son de entrenar. De sonreír. De vivir.

No tienes nada si no lo puedes dar.
No puedes dar si no te tienes a ti mismo primero.

Nada posees pues nada te posee en verdad.

Eres más libre de lo que puedes llegar a decir o escribir.

Nunca temas, porque el miedo es una ilusión.

Nunca sufras, este dolor no es verdad.

Sólo ama y perdona. Nunca terminarás el agua de esa fuente.

No entiendo cómo la gente busca motivarse para hacer cosas que no les gustan.

Empezar a pensar en cómo motivarse para dejar de lado las cosas que no te gustan me parece el primer camino a tomar.

Ama lo que haces y no necesitarás motivarte nunca más.

Tenemos una deuda. Y es de amor.

Debemos mucho amor a esta vida pues el regalo rara vez se ha correspondido como merece.

Hay más árboles que sonrisas. Más mar que miradas y más estrellas que caricias.

Vamos perdiendo. Está desigualado y nos estamos deteniendo. Quietos porque no creemos.

Hagamos algo y empecemos a pagar con la moneda que siempre devuelve intereses: EL AMOR.

A veces hasta me pregunto si interesa que nos vayamos a dormir temprano.

De noche lo ves todo diferente de como era por la mañana.

Todo lo que tenía importancia de día se desvanece en tu mente de noche.

Empiezas a relajarte y ves como el día muere y tú te preparas para renacer mañana.

Piensas mejor. Con la tranquilidad de la quietud y la soledad momentánea.

Recibes respuestas que hacen que preguntes menos.

Respiras otro aroma, inhalas otro aire.

Te conviertes en un activista mental de noche. Por eso quizás no convenga.

De noche reencuentras tu esencia y tu ser está latente esperando iluminar.

Ilumina la noche.

Sin frío no sabrías qué es el calor.
Sin invierno no existiría primavera.

Sin sombras no verías la luz que tanto anhelas.

No desesperes. En el peor de los casos esto es sólo un mal MOMENTO.

Todos pasamos por ellos. Yo tengo experiencia de gigantes y en verdad pasa muy rápido si dejas que se vaya.

Cede. No interfieras. Todo eso es una ilusión.

No te enfrentes a la vida.
Sólo acompáñala.

Con serenidad y pasión.

Sin esfuerzo, cediendo todo el dolor a la mar. Como una embarcación que vuelve a casa cargada de alivio y esperanza.

Tranquilo, lo tienes todo. Nada te falta.

Eres perfecto. Todo irá bien.

Disfruta este momento. Este precioso ahora. Pero no te quedes en él porque otro viene ya en camino esperando tu misma delicada atención.

Todo lo que no vives en el ahora te aleja de la vida. Te encierra en el recuerdo o en los planes.

Ninguno es real.

Sólo el ahora es real. Sólo en el ahora hay VERDAD.