La máxima cantidad de energía se consume en prestar atención al ego. Cuando nuestro punto de referencia interno es el ego, cuando buscamos el poder y controlar a los demás, o buscamos recibir la aprobación de los demás, estamos despilfarrando energía.
Cuando se libera esa energía, es posible volver a canalizarla y utilizarla para crear cualquier cosa que queramos. Cuando su punto de referencia interno sea su espíritu, cuando usted sea inmune a las críticas y no tema ningún desafío, podrá domeñar* el poder del amor y utilizar creativamente la existencia para conocer la abundancia y la evolución.
En El arte de soñar, Don Juan dice a Carlos Castaneda: «(…) la mayor parte de nuestra energía la dedicamos a defender nuestra importancia (…) Si fuésemos capaces de perder una parte de esa importancia, nos sucederían dos cosas extraordinarias. En primer lugar, liberaríamos nuestra energía del esfuerzo de mantener la idea ilusoria de nuestra grandeza; y, en segundo lugar, conseguiríamos la energía suficiente para (…) asomarnos a la verdadera grandeza del universo»