No hay tontos, sólo listos que se dejaron abrumar por la opinión de otros. Que se vieron intimidados por el maldito valor del tiempo. Digo del tiempo, porque lo único que nos enseñaron es a aprender algo en un determinado espacio de tiempo. Trimestres, semestres, cursos, carreras, etc. Evaluaron la velocidad a la que aprendíamos, no si acabarías asimilando o entendiendo. Quizás no te lo dijeron a la cara, pero te llamaron tonto tantas veces que te lo creíste.
He visto informes de colegio e instituto donde lo negativo conquista lo positivo. Sistemas estrictos y fríos hasta la jodida médula. Los buenos profesores terminan solos o rendidos al sistema. Los malos profesores intentarán silenciar a los buenos en pro del sistema. Profesores metidos a padres. Padres metidos a pelotas. Pelotas sin niños con quién jugar.
Un sistema que tritura niños que no entienden por qué tanta prisa en aprender. ¿No importa más aprender que intentar aprender rápido?
Si me dieran todo el tiempo del mundo podría aprender cualquier cosa. ¿Soy tonto o lento? ¿O es que en el fondo soy listo? ¿Por qué nunca me lo dijeron?