Todos llevamos un insumiso indómito dentro. Una voz que siempre tiene cosas importantes que decir, de esas que se salen de lo normal. La putada es lo acojonadamente silenciada que la tenemos. Silenciada por la bien entrenada y charlatana voz del ego. Amante esté, además, de lo normal. Esa voz interior quiere salir, puedes llamarla espíritu si así lo deseas. El término no importa pero sí importa a cuál das un balcón sobre el que hablar. A una de las dos voces la controla el miedo, la otra simplemente no sabe lo que significa.
¿A quién das voz tú?