Nunca he conocido a nadie a quien le vaya todo siempre bien.
Tampoco a nadie a quien le vaya todo siempre mal.
¿Qué esperas en realidad?
¿Una vida sin un solo problema?
¿Un viento siempre a favor?
¿El cero dolor?
¿Ninguna dificultad y todo de cara?
¿Me estás hablando de la vida?
¿Ha existido alguien alguna vez con una vida así?
¿Qué pasaría si aceptaras que el universo no tiene nada en tu contra?
¿Qué harías si supieras que Dios no te ha cogido ojeriza?
Una vez conocí la historia de un hombre con la peor suerte que vi jamás.
La vida le dolía, claro. Pero él le sonreía.
No la maldecía. No la culpaba.
Eligió no ser una víctima de la existencia y el destino.
Y lo consiguió.
FUERZA Y PAZ.
Y ESPERANZA.