Abrazo el dolor necesario.
Entrego el innecesario.
Nunca dramatizo.
Pero jamás ignoro lo que es.
Y no lucho por no sentir dolor sino por no perder la calma pese al dolor.
Busco la esperanza para ser paciente hasta que el sentido del sufrimiento se revele.
Si consigo esto, estaré bien.
Esta es la receta. No hay más.
FUERZA Y PAZ.
Joan Gallardo.