«Quien luche con toda su alma, aunque pierda, nunca se arrepentirá».
— ¿De qué sirve luchar Joan?
— Sirve para tu paz interior.
— ¿Pero hay que luchar por todo?
— No, pero tienes que luchar por ti. No puedes ganar siempre, pero no puedes perderte a ti mismo.
— Me faltan razones para la esperanza.
— La esperanza no se erige sobre razones.
— ¿No?
— No. Por eso es tan grande. Porque es de todos. Porque es cuando todo lo demás falla.
— ¿A ti te funcionó?
— Yo no he hecho otra cosa en mi vida que no perder la esperanza.
— ¿Así de fácil?
— La esperanza no tiene nada de fácil. Ya lo ves tú ahora mismo…
— ¿Puedo simplemente intentar tenerla aunque no tenga motivos?
— Eso es la esperanza.