Buenos días tribu.
Lamentando el retraso y el resfriado, vamos con uno de esos episodios que valen muchísimo la pena. Y estoy especialmente orgulloso de él.
Es sencillo: NO HAGAS POR OTROS LO QUE PUEDAN HACER POR ELLOS MISMOS. Tan sencillo como de difícil aplicación.
Y quien sea padre de vosotros sabe bien de lo que hablo.
Espero que os sirva y me haya expresado con la mínima precisión porque muchas cosas se pueden sacar de aquí: el desarrollo de la persona y la liberación de la carga de una responsabilidad que no es propia por parte de la otra. Y muchas cosas más, pero estas dos ya son MUCHA COSA. Vale la pena ser fuerte para ver lo que sucede cuando haces esto.
Pensadlo. Nos vemos mañana, seguro. PAZ.