Le dije a mi hijo:
—Tienes que ser fuerte.
—¿Cómo, papá?
—Resistiendo la tentación de actuar débilmente.
—Pero…
—¿Puedes imaginar cómo actuaría alguien débil ahora mismo?
—Sí, creo que sí.
—Pues haz lo contrario a lo que haría alguien así.
Le dije a mi hijo:
—Tienes que ser fuerte.
—¿Cómo, papá?
—Resistiendo la tentación de actuar débilmente.
—Pero…
—¿Puedes imaginar cómo actuaría alguien débil ahora mismo?
—Sí, creo que sí.
—Pues haz lo contrario a lo que haría alguien así.