Seguramente no todos los que andan cerca de ti se alegran de que la vida te sonría.
De que las cosas te vayan bien.
De que tengas éxito.
Iré al grano: no es tu problema.
No pierdas el tiempo.
Porque los hay que sí se alegran de corazón por ti.
Y es a ellos a quien te debes.
Los buenos no tienen por qué sufrir el veneno que te provocan los malos.
FUERZA Y PAZ.
Por ese orden.