La fortaleza se ve en los actos pero nace en los pensamientos.
Sin embargo actuar con fortaleza, aunque sea solo una vez, provocará un terremoto mental sobre los pensamientos débiles y cobardes. Será como lo que sucede en la mente del adolescente que se cree invisible hasta que se entera que la chica de sus sueños también está enamorada de él. Esa información, ese acto de saber, hará que los siguientes pensamientos sobre él mismo y sobre la vida… sean diferentes.
Lleva a cabo un acto de fortaleza, aunque sea por probar. Por joder o por quitarme la razón.
Observa lo que pasa en tu mente después. Verás cómo algo ha cambiado. Cómo se ha añadido una nueva opción a tu elenco de pensamientos llamada «también-podría-volver-a-actuar-con-fortaleza-y-valentía-otra-vez«.
Ahora bien, a partir de entonces deberás admitir que tus actos de debilidad y cobardía son elegidos, no abocados.
Un solo acto de fortaleza es capaz de viralizar media mente.
De encender de nuevo el corazón.
De calentar tu sangre tres grados.
De levantar el mentón otros cuatro grados.
Y cuando todo eso pase, los siguientes pensamientos será distintos. Tú mismo serás distinto.
Habrás descubierto el País de las Maravillas… en ti.
FUERZA Y PAZ.