Estoy en la última temporada de la serie Ozark.
Y no dejo de pensar en lo fácil que es complicarse la vida.
Mucho más fácil que simplificársela.
Curioso.
Lo más difícil es hacerlo fácil.
Y quizá sea aún más difícil mantenerlo fácil. O sencillo, como prefieras llamarlo.
Sea como sea, parece que sólo apreciamos la sencillez cuando la echamos en falta.
Igual que añoramos el frío en los peores días del verano y el calor en los días de ventisca y nieves.
Por si acaso, tenlo en cuenta: no hay nada mejor que una vida sencilla.