Cuántas parejas se rompen por el rencor.
O lo que es lo mismo: cuántas parejas se rompen porque no se saben perdonar.
Cuando el resentimiento aparece también lo hace la antipatía.
Y si la antipatía llega a la pareja no hay nada más que hacer que esperar un milagro.
Así que la cosa está clara: no hay que darle ni un metro al rencor y al resentimiento.
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