—SOLUCIONADOR DE PROBLEMAS—
(artículo original de mi newsletter gratuita)
P: ¡Hola Joan! Hace poco escuché en una entrevista que te ganabas la vida como «solucionador de problemas» y… me encantó, me pareció brutal. Me da una envidia sana tremenda. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo ser más resolutivo? Quiero decir… ¿cuál es tu proceso para ser así? Muchísimas gracias por todo, eres muy distinto a todo lo demás que veo en el mundo internet.
R: Muchas gracias por tus bonitas palabras. Al lío:
Sí, me gano la vida así, solucionando los problemas de mis clientes. Podría describirlo de forma más poética o retórica pero esa es la mejor definición: soy un solucionador de problemas. No hay más. Y lo soy tanto para la vida de mis clientes como para mi vida.
¿Cómo lo hago?
Por puntos:
1- No pierdo nunca la compostura y mantengo siempre la calma. Cuanto más tranquilo, más inteligente. Cuánto más inteligente, más resolutivo. Aprendí, hace mucho, a dominarme, a no perder el control nunca a pesar de lo tremenda que pueda ser la situación. Eso me da una ventaja crucial cuando la mayoría pierde la cabeza, la compostura, la inteligencia y, por lo tanto, la resolutividad.
2- Contemplo muchas opciones. Soy capaz de ampliar mucho mi capacidad para observar las diferentes soluciones que puede haber a una problemática dada. La creatividad aquí es un plus. No me dejo seducir por la primera solución a un problema que se me viene a la mente. Hago acopio de paciencia y sigo explorando.
3- Soy paciente pero actúo rápido. Con esto quiero decir que tengo paciencia, como he dicho antes, para comprender completamente tanto el problema como las posibles soluciones pero cuando doy con la tecla, cuando doy con la mejor solución posible, la ejecuto de inmediato. Sin dilación. Al grano y de golpe.
4- Me encanta el ajedrez. Al igual que en este bellísimo juego, he aprendido a contemplar la posible concatenación de fases causa/efecto que se pueden generar a partir de la aplicación de una solución dada al problema. Si hago X pasará Y, y cuando pase Y pasará Z, y cuando Z suceda la seguirá A, y A dará paso a B. En esto soy jodidamente bueno.
5- Sé iterar. Y como sé iterar, no me da miedo comenzar. Soy muy bueno pero no infalible, eso hace que, a veces, me equivoque en algún paso. Si eso sucede, sé moverme rápido. Sé rehacer el plan y continuar hasta solventar el asunto. No me desmorono ni me desanimo. Si encuentro un camino y resulta que no tenía salida, vuelvo al camino anterior y busco otro.
Con esto, aún ha aparecido en mi vida un problema, mío o de un cliente, que no haya podido solucionar de una forma u otra.
Espero que te sirva y ayude.
FUERZA Y PAZ.