Las Decisiones Que No Tomamos.

Sobrevaloramos las opciones que no tomamos.

Y nos martirizamos con lo que bien que podría haber salido todo de haber elegido justo lo que no elegimos.

Y digo yo: «¿Y qué coño sabemos realmente sobre cómo habrían salido las cosas?»

Porque… perfectamente podría haber ido todo peor.
Igual ni estarías aquí.

Estamos siempre a un mal cruzar la calle de ser atropellados.

Lo mejor es pensar: «De lo que podría haber pasado no tengo nada que decir, pero tengo mucho que decir sobre lo que puede llegar a pasar». Punto.

FUERZA Y PAZ.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies