—EL AUTO-PERDÓN—
P: Hola, Joan. ¿Cómo perdonarse a uno mismo cuando te has hecho tanto daño? ¿Cómo perdonarse cuando has hecho cosas muy auto-destructivas? ¿Cómo superar ese remordimiento de saber que te has equivocado tanto? Muchísimas gracias.
R: Es una gran pregunta y uno de los temas más importantes de la vida.
Ya dije en mi libro «Nunca renuncies a ser feliz» que el autoperdón es el perdón más difícil de todos. También dije que, sin embargo, el autoperdón no restituye el daño que nos hemos hecho pero sí nos libera del auto-resentimiento. Y, joder, eso es mucho, muchísimo.
No hace falta decir que es imposible ser feliz y tener resentimiento hacia uno mismo y al mismo tiempo.
Si queremos la felicidad y la paz interior, el resentimiento y el rencor hacia uno mismo tiene que trascenderse.
Te ofrezco los pasos que uso siempre con mis clientes para facilitarles el acceso al auto-perdón. También son los que usé conmigo mismo en el pasado. Son estos 5:
1- Arrepiéntete: Sí, tienes que arrepentirte del daño que te has causado de igual forma que tendrías que arrepentirte del daño causado a otra persona.
2- Haz propósito de enmienda: En resumen, ten la voluntad y la predisposición para no volver a repetir los pecados y errores que te han llevado a este punto. Prométete que no volverás a herirte. Que harás todo lo que sea necesario para no volver a terminar así.
3- Expíate: Si puedes, haz algo que redima esa culpa. Cuídate más. Haz ejercicio. Sé amable contigo mismo. Háblate bien. Reconócete tus méritos y virtudes. Medita. Haz algunos sacrificios a modo de compensación por el daño que te has hecho en la vida. Siempre es bueno apoyarse en los hechos, en las acciones.
4- Perdónate: Y hazlo cuanto antes. No te propongas llegar a merecerlo para otorgártelo. Es mucho mejor dártelo de entrada y después dignificar el gesto. Y ése es, precisamente, el quinto y último punto.
5- Dignifica el auto-perdón: Demuéstrate que ibas en serio con lo de perdonarte a ti mismo. Conserva ese perdón que te has dado como un tesoro que cuidar y dignificar. Haz honor al gesto. Date la confianza y luego protégela. Es mucho mejor así.
Pruébalo. No tienes nada que perder y todo que ganar.
Ojalá culmines ese camino. Te prometo que ni imaginas el peso que puedes quitarte de encima.
FUERZA Y PAZ.
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