Conversación con un amigo sobre Montaigne.
Dice Montaigne que tendríamos que pensar a diario en la muerte. Es algo que llevo muchos años diciendo. Bueno, él dice que hay que pensar en ello prácticamente cada dos por tres, aunque quizá sea una de sus exageraciones retóricas. ¿Qué pienso? Pues que tiene razón cuando dice que el problema es no pensar NUNCA en la muerte. Cosa que además es imposible, y que cuando pasa nos sacude el corazón porque quien es ajeno a la idea de la muerte y un día le sobreviene un pensamiento sobre ella… se le hunden los pulmones. ¿Qué es mejor hacer? No sé, quizá bastaría con pensar profundamente en la muerte siempre que se nos aparezca en la mente. Como si fuese un visitante que viene a tomar café y no para quedarse. Creo que si nos acostumbrásemos a hacer eso, la muerte nos dejaría de asustar tanto. Sería para nosotros tan familiar como debería ser algo que, sí o sí, está cerca de nosotros en todo momento.
Pero bueno, aún así, hay personas que prefieren la muerte al miedo.