Tendrás que superar la cuestión de la autoconfianza para superar la cuestión del vivir.
La alternativa es sufrir. La alternativa es el miedo.
El insoportable peso de los acontecimientos. De la incertidumbre. La ansiedad y el miedo.
Comienza por no arrugarte aunque tengas motivos para hacerlo.
Exponte. Arriésgate. Resucita tu autoconfianza usando la poca que tengas.
En el fondo de cualquier persona, de la más pequeña del mundo, sigue habiendo una chispa de autoconfianza.
Declárala la capital de tu país. El centro de operaciones de tu gobierno.
Toma las decisiones desde ahí. Elige desde ahí. Apunta desde ahí.
Vive desde ahí.
Comienza. Con todo. Hoy. Ahora mismo.
No te arrepentirás. Jamás.
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.