«Mientras hay vida, hay esperanza».
Así la hemos oído decir siempre.
Así aparecía ya en la biblia (en Eclesiastés 9:4).
Pero cuanto más estudio el entramado de la esperanza,
más sentido tiene para mí si invierto el orden.
Por lo tanto: «Mientras haya esperanza, habrá vida».
Porque si no hay esperanza, no hay sentido.
Si no hay sentido, ¿sobre qué tener esperanza?
Y si no hay esperanza, ¿por qué iba yo a moverme?
Ahora bien, si mi esperanza está viva,
yo también lo estaré.
Porque hacer, planificar, soñar e ir… tendrá sentido.
Y, de esta forma y en total, vivir también lo tendrá.
Sí, mientras haya esperanza, habrá vida.
No tengo ni una duda. Punto.
FUERZA Y PAZ.
Y ESPERANZA.
Con este pensamiento termina esta serie de 33 pensamientos sobre la esperanza. Espero haber cumplido con mi intención, que no era otra que entregarte un poco de esperanza o conseguir que ésta nazca en ti. Aunque solo sea un poco. Porque un poco de esperanza, es muchísimo.