Defiéndete. Aunque seas más débil que lo que te está atacando.
Puede que sea aquí donde nace la autoconfianza.
En mi caso fue así. Un día me puse en pie y decidí que nunca más me dejaría pisar.
Y crecí dos palmos en un segundo.
Desde ese momento todo cambió. Empezando por el compromiso.
El compromiso por mi propia integridad y dignidad.
Que son componentes ineludibles de la autoconfianza, el autorespeto y la autoestima.
Levanta el mentón. Abre los ojos. Hincha tu pecho. Defiéndete.
Declárate cosa valiosa que proteger y escudar.
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.