Quien doblega un problema, dobla su esperanza.
Todas las personas resolutivas que he conocido en mi vida también eran personas con unos niveles de esperanza bestiales.
Y, la verdad, no sé si eran resolutivas porque tenían esperanza o tenían esperanza porque eran resolutivas.
Pero no importa, la cuestión es que hay una unión, un canal directo entre la esperanza y la resolutividad.
Da igual por donde empieces.
Pero empieza.
Soluciona un problema hoy y observa tu tanque de esperanza.
Míralo llenarse un poquito.
Después ve a por otro y observa de nuevo.
Hazlo siempre. Uno a uno.
FUERZA Y PAZ.
Y ESPERANZA.