Bueno amiga, esa sensación la vas a tener a menos que contextualices dicha sensación. Porque ahora sientes eso porque estás a punto de terminar con la relación, porque imagino que hace medio año no pensabas así, e imagino también que cuando las cosas os iban bien (porque imagino que en algún momento os iba bien) ni se te pasaba por la cabeza pensar que estabas perdiendo el tiempo.
¿Sabes? Mi abuelo decía mucho eso de “una vez visto todo el mundo es listo”, y en cierta manera se aplica a lo que piensas ahora. Entre dolida, decepcionada y puede que incluso engañada sientes ese típico “tiempo perdido” pero no es tal, sólo es “tiempo vivido”. Y punto. Tus emociones actuales ofrecen un contexto, un escenario donde es sencillo y súper accesible pensar que has estado tirando el tiempo con esa relación, pero eso lo sabes ahora que la relación se termina. Nada más.
En este caso, comprender por qué piensas así es clave. Serenarse y decir “bueno, siento esto porque el contexto me invita a pensar así, sé que cuando todo esto se enfríe un poco seguramente tenga acceso a otro punto de vista, incluso a la parte positiva de esta relación”. Y mientras tanto, aceptas el dolor y lo vives con cierta distancia prudencial si es necesario, vamos: que no te tomarás tan en serio sabiendo que estás fuertemente condicionada por las emociones de este momento. Relativizarás y así podrás verlo todo desde un punto de vista subjetivamente más objetivo.
Pronto podrás echar un vistazo a tu relación y sacar algunas lecturas positivas, la más obvia es que has sido fuerte para dejar una relación larga que ya no te llenaba, y obviamente para llegar a ese punto antes hay que tener una relación que romper.
También tendrás acceso al recuerdo de los días bonitos que tuvisteis sin que eso te provoque añoranza, melancolía o arrepentimiento alguno y también tendrás el mismo acceso a las cosas malas sin que tengas que sentir un aumento del odio, rabia o rencor hacia la relación o tu ex-pareja. En definitiva, tendrás una perspectiva más JUSTA de todo, sin caer en el extremo de ningún lado. Lo bueno, bueno fue; lo malo, malo fue; y el tiempo invertido, bien invertido estuvo hasta que llegó a su fin.
Cada día se rompen miles de parejas en el mundo, a cada minuto de hecho. Tantas como se crean. No siempre elegimos bien ni podemos conseguir que la pareja tenga éxito a la larga, pero eso, simplemente, no lo sabemos cuando empezamos. Confiamos en que lo estamos haciendo bien, y nuestra buena voluntad e intenciones, así como nuestro esfuerzo, debería ser más que suficiente para poder poner un cierre final que nos deje preparados para poder continuar nuestras vidas sin tener que cargar con una mochila llena de malos sentimientos y pensamientos.
Joan Gallardo.
PAZ.