Pregunta: «Tu jefe te hace la vida imposible, ¿Qué harías si ya te has sentado a hablar con él?»

Buenos días amiga.

En primer lugar lamento la situación. Sé que te puede parecer una situación dificilísima pero ya verás que en realidad tienes varias salidas simples (aunque no fáciles algunas de ellas quizá) y que sólo tienes que decantarte por una descartando la opción de dejarlo todo como está, básicamente porque estas situaciones si no se tratan suelen ir a peor.

Por puntos, y sin orden de preferencia exacto, esto es lo que YO HARÍA:

  1. Volver a hablar: A veces asumimos que si no nos hemos entendido con nuestro interlocutor es porque la comunicación en sí no sirve, pero también suele ser muy probable que no hayamos acertado con el tipo de comunicación. Puede que nuestro cabreo haya hecho, en este caso, que nuestro jefe se encabrone también o puede que realmente no hayamos acudido a hablar con él para buscar una solución sino a dejarle claro lo cretino que es. Yo volvería a intentar hablar con él pero con otra estrategia completamente diferente.
  2. Tomártelo de otra forma: A veces llueve cuando quieres ir a correr, algunos se quedan en casa viendo como su plan se esfuma con el tiempo y otros aprovechan para ir a buscar caracoles y oler la tierra mojada. Quizá esto sea una gran oportunidad para poner a prueba tu fortaleza mental, paciencia y templanza. Siempre que esto esté dentro de tus posibilidades reales.
  3. Buscar otro trabajo: Nada impide que vayamos a entrevistas de trabajo aunque tengamos uno, de hecho lo considero un ejercicio muy sano. Yo iría buscando otra cosa sin renunciar al anterior punto. Siempre digo que cualquier persona tendría que tener en la cabeza dos o tres trabajos u oficios alternativos en la cabeza que sabrían hacer con suficiencia por si un día necesitan un plan B. Yo mismo tengo un buen puñado de negocios que podría llevar a cabo si un día me canso de mi actual profesión. Métete en el circuito laboral de las entrevistas de trabajo, quizá recibas una oferta que te permita salir de tu actual trabajo sin problemas ni dramas.
  4. Ahorra y márchate: Ahorra todo lo que puedas hasta que, como mínimo, tengas un colchón de medio año de gastos ordinarios asegurado (alquiler, facturas, comida, coche, etc). Cuando lo tengas, márchate y usa ese medio año para buscar trabajo o pensar en montar algo si ves la oportunidad. En todo caso, no te duermas, medio año pasa muy rápido.

Como ves, en ningún momento te animo a marcharte sin un plan. Los que lo hacen así (salvo heroicas excepciones) acaban cediendo a la presión de las prisas, porque el dinero se termina rápido y no siempre aparece un trabajo bonito a la primera. Así, terminan cogiendo un trabajo cualquiera, posiblemente peor que el anterior, jodiéndolo todo más de lo que ya estaba.

Sé lista y muévete. YA. HOY. AHORA.

Joan Gallardo. PAZ.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies