Pregunta: «¿Te permites tener días malos?»

Buenos días amigo.

No es que me los permita, es que siempre hay algunos días en los que no todo sale como te gustaría. La vida funciona así, como si fuera necesario, de hecho, que fuera así. No concibo un mundo donde todos los días pasa exactamente aquello que deseas que pase… conociéndonos, acabaríamos aburridos de la vida. Seguro.

Debo decirte también que soy muy cauteloso con las palabras que uso para describir todas las cosas, sucesos, sentimientos, emociones, etc. Un día malo significaría que TODO lo que ha sucedido en el día es malo, y yo, jamás he tenido un día así. Imaginemos un día perfectamente mierdoso en el que me levanto por la mañana, me voy a trabajar y por el camino pierdo la cartera, en el trabajo me discuto con mis clientes, mis padres se separan a los 60 años, mi perro muere atropellado por algún hijo de satanás que odia a los perros y de camino de vuelta a casa me atracan y como ya he perdido la cartera por la mañana deciden darme de hostias dejándome con la ceja partida y la nariz sangrando. ¿Vaya día eh?

Bueno, en ese mismo día seguramente también me habría levantado temprano, como siempre, teniendo tiempo para leer, escribir y dibujar antes de ir al trabajo. También habría entrenado y también habría charlado amistosa y gustosamente con algún cliente. Al final del día, pese a tener la cara magullada habría podido dar un abrazo y un beso de buenas noches a mis hijos. Eso son cosas muy buenas, pese a todo. No podría llamar a eso un «día malo». Lo llamaría un día peor que otros, mejorable o malo en algunos momentos y pésimo en otros.

Por suerte, aún no he tenido un día como el que te acabo de comentar. Sí que tengo días donde pasan algunas cosas que no me gustan, pero… ¿qué puedo hacer? Puedes poner trampas para ratones, pero a veces estos cogen el queso y llegan hasta la cocina para ver si has puesto más trampas. No puedes preverlo todo. Pasan cosas indeseadas y punto. Lo mejor que puedes hacer es aceptar que están pasando. Porque es como si la misma parte del cerebro que usamos para quejarnos la usáramos también para ser resolutivos, de forma que mientras te quejes y niegues la realidad no tendrás acceso a las soluciones, lecturas positivas y lecciones que aprender de cada situación adversa de la vida.

No os engañaría nunca. Cuando aparece un día de esos plagados (que no llenos) de cosas malas me digo «Joder, qué mierda más inoportuna. Tranquilo Juanito, respira, ya está, está pasando y no va a desaparecer solo. Piensa y saca algo de todo esto, y si no hay nada que sacar, al menos no te vuelvas loco».

Porque un «día malo» puede durar un día o lo podemos hacer vivir muchos más si no aplicamos una correcta filosofía de vida. Incluso algunos viven constantemente esperando ese día malo, y cuando llega dicen aquello de «¿lo ves?».

Chicos, como decía la película: «no hay primavera sin invierno». No podemos evitar que pasen cosas desgraciadas, pero podemos hacer muchas más cosas al respecto aparte de quejarnos y volvernos neuróticos.

En gran parte, la vida son las cosas que pasan menos (o más) lo que pensamos de ellas. Y ese poder, sí que es exclusivamente nuestro.

PAZ.

Joan Gallardo.

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