Pregunta: «Si no estás conforme con cosas de tu carácter, ¿Intentar cambiar o ser uno mismo?»

Buenas amigo,

Interesantísima pregunta sobre la que nos podríamos extender horas, por suerte para vosotros y para mi agenda intentaré ser breve porque tu pregunta nos lleva a una única e importante cuestión: ¿Cómo sabes que esas «cosas de tu carácter son innatas o son aprendidas?

Es una misión para toda una vida intentar cambiar aquellas cosas de nosotros mismos con las que no estamos del todo conformes, y la duda sobre si dichas cosas son cambiables o no es un asunto de lo más jodido.

Yo suelo decir aquello de «si lo puedes cambiar es que es aprendido y no innato». ¿Y cómo lo sabes? Intentándolo. Con tiempo, mentalidad y mucho esfuerzo.

Mira mi caso, por ejemplo, hasta en los boletines de notas de primaria (en todos los cursos menos en octavo), en observaciones, los profesores escribían cosas del tipo «es extremadamente tímido», «es demasiado introvertido», «prácticamente no habla en clase», «tiene que participar más, no saben si tan siquiera está en la clase», y cosas de este estilo. En el último curso me lancé a hablar en público en una fiesta del propio colegio y desde ese día todo cambió. Mi timidez se fue a tomar por saco y empezó a crearse (imagino) lo que hoy conocéis por Joan Gallardo. En el instituto me cambiaban de sitio en la clase porque estaba todo el día hablando. Era capaz de hacer hablar a un mudo.

O por ejemplo: yo era un cabronazo cargado de ego, orgulloso y rencoroso como Tony Soprano en un día malo. Pensaba que yo «simplemente era así», y lo aceptaba hasta con cierto mezquino gusto. Pero a medida que pasaban los años y las experiencias mis sombras me iban comiendo por dentro. Pensé que quizá no tenía por qué ser así, que quizá podía cambiar de alguna forma. Las cambié todas, una por una. Aún me queda bastante mala leche, pero la canalizo y siempre saco algo positivo de ella.

Yo creo, sinceramente, que la práctica totalidad de lo que creemos ser (quizá un 85/90%) es aprendido, imitado o inculcado. Y, por lo tanto, con la hostia de esfuerzo, puede cambiarse. Y si tras haberte dejado media alma en el intento ves que no se puede (o no del todo) puedes empezar a sospechar que has dado con algo de tu esencia innata… cosa bastante espectacular, por cierto.

Así que, no seas como esos que dicen aquello de «yo es que soy así» sin tener ni puta idea de a qué se están refiriendo. Inténtalo, con todo.

Uno tiene el derecho y el poder para llegar a ser como realmente querría ser, o como mínimo, acercarse muchísimo. Justo hasta el punto de satisfacción.

Te recomiendo que leas al gran Albert Ellis si te interesa esta filosofía.

A por ello titán.

FUERZA Y PAZ.

Joan Gallardo.

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