Pregunta: «¿Cómo puedo combatir mi maldita adicción al móvil y redes sociales?»

Buenos días amigo con problema del primerísimo mundo:

Tal y como está planteado el uso del teléfono móvil hoy en día, para mí, la adicción al móvil va directamente unida a la adicción a las redes sociales. No conozco a nadie que pase horas con el móvil leyendo libros o consultando artículos científicos. Si estás enganchado al móvil lo estás también a las redes sociales y viceversa. También te tengo que decir que considero al luciferino whatsapp una red social (con seguridad, el epítome de lo que es una red social).

Yo hace unos dos años que desinstalé whatsapp sin sustituirlo por otra app tipo Telegram o llevando su uso a facebook messenger, por ejemplo. Directamente me desentendí de la mensajería gratuita instantánea. Desde ese momento, si alguien que me hablaba por whatsapp quería comunicarse conmigo tendría que llamarme, enviarme un correo electrónico o uno de esos antiguos (y de pago) sms.

Fue lo mejor que hice en años. No me he arrepentido ni lo he añorado ni medio segundo.

Claro que… ¿qué me hizo tomar esa decisión? ¿Si lo haces tú tampoco añorarás whatsapp? Pues no es tan sencillo. Para estar en un punto hay QUE LLEGAR a ese punto desde algún lugar. Ese lugar en mí se llamaba «estoy harto de whatsapp». Estaba hasta los cojones a un nivel que quizá te cueste imaginar. Soy el propietario de un negocio con decenas y decenas de clientes, ya te imaginas el volumen de mensajes que podía recibir al día en whatsapp. Quería quitar la app pero sentía que era imposible con un negocio así entre manos. Un día, tomándome una caña intentando desconectar de todo durante unos días de vacaciones recibí un whatsapp, al abrirlo vi que, además, tenía otras 14 nuevas conversaciones que habían aparecido en las últimas dos horas. Casi me da un parraque.

Recordé cómo eran los viejos tiempos donde tenía también mucho éxito en mi trabajo y whatsapp no existía. Como la gente respetaba mucho más las comunicaciones. Como el contacto humano se cuidaba más así como la intimidad y tu espacio personal. Cogí el smartphone y desinstalé la aplicación en esa misma terraza de bar. Respiré como no había respirado en mucho tiempo. Y en el negocio nada ha cambiado, seguimos petándolo igual.

Así que, concluyendo este punto, te tengo que decir que seguramente para deshacerte de esa adicción al teléfono un paso previo inevitable es estar realmente saturado, harto, hastiado y quemado de las redes sociales. Si te gustaría no usar tanto estas aplicaciones y el smartphone pero en el fondo adoras su uso y las redes sociales… parece ser que lo tienes jodido. Es como cuando sabes que hacer ejercicio te iría muy bien pero adoras quedarte en el sofá de casa por las tardes mirando Juego de Tronos. Simplemente no funcionamos así.

El otro punto importante en esta historia es conocerse sinceramente. Saber de lo que eres capaz… y de lo que no también. Mira, yo nunca he sentido adicción por las redes sociales pero sí que puedo pasar horas leyendo por internet. Hay tanta información que es fácil que mi mente se deje llevar por un artículo que me lleve a un estudio, que me lleve a una entrada de wikipedia que me envíe a otro lado y de ahí a un vídeo de youtube etc etc, y así pasarme horas sin darme cuenta de cómo vuela el tiempo. Me conozco y me encanta, pero por mucho que me guste hacerlo eso es un agujero negro del tiempo. Y hay que ganarse la vida, ya me entiendes.

Intenté ser más disciplinado y no pasar así de estar haciendo un trabajo importante a verme, sin darme cuenta, en wikipedia consultando quién estaba presente en el Tratado de Versalles, por ejemplo. Un fracaso total. Entonces comprendí que en este apartado yo tenía la fuerza que tenía y no tenía más, e incluso un poco más de fuerza tampoco me aseguraba un salto disciplinado suficiente como para no procrastinear.

Decidí que lo mejor, en esta situación, era no fiarme de mí mismo. Necesitaba ayuda externa.

Busqué programas para dar con una solución y descubrí mi querido Block Site. Desde el ordenador de mi despacho, con esta genial aplicación, me prohibí el acceso a las diferentes webs que me resultaban de gran interés ocioso durante mi jornada laboral así como algunos portales de noticias y todas las redes sociales que no formaban parte de mi trabajo. Así, cada vez que inconscientemente intentaba entrar en dichos portales web el Block Site hacía su trabajo y me bloqueaba el acceso. Incluso aparecían mensajes en pantalla del tipo «te he pillado, vuelve al trabajo». Era genial. Era como tener a mi madre vigilándome durante el trabajo.

Recuerdo que los primeros días veía bastante los bloqueos de Block Site, pero cuando llevaba una semana trabajando de esta nueva manera me percaté de que hacía unos días que no veía sus graciosas pero severas pantallas ya. Ese hábito se estaba yendo. Lo mejor era que, al llegar a casa, no sentía el impulso por meterme a navegar por la red intentando compensar el no haberlo hecho durante el día. Simplemente ese mal hábito estaba desapareciendo, o como mínimo, estaba colocado en un punto razonable.

Mi vida es mucho mejor ahora. Ojalá pudieras meterte en mi cabeza un día para ver cómo me siento.

En definitiva, seguro que hay muchas vías para desengancharte del smartphone (de hecho ya hay clínicas para ayudar a casos como el tuyo o más extremos, espero) pero, por lo visto, primero necesitarás estar realmente harto de él y de las redes sociales y en segundo lugar, tendrás que ser más hábil e inteligente que fuerte para trazar un plan que te tenga controlado. Un plan que incluya ayuda como la ayuda que yo encontré en el Block Site.

Espero que un día llegues a estar realmente tan hasta los huevos como estuve yo. Ese día empezarán a pasar cosas realmente interesantes.

Fuerza amigo.

Joan Gallardo.

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