Pregunta: «¿Cómo afrontar una oposición?»

Buenos días amigo, gracias por tu pregunta.

Bien, como ya sabes, sobre los 22 o 23 años (ya ni me acuerdo) ejercí de Policía Local, y obviamente tuve que pasar una oposición con sus pertinentes pruebas, tanto físicas como teóricas.

Yo, en aquellos entonces, trabajaba en la tapicería familiar y no ganaba un gran sueldo y además tenía que pagar una hipoteca que estaba por las nubes por la gran subida del euríbor. Comento esto porque es importante para que entendáis por qué no pude acudir a una academia a preparar la oposición con alguna que otra garantía más.

De modo que tenía que trabajar a jornada completa mientras entrenaba y estudiaba por mi cuenta para dicha oposición. Y esto, también es importante porque yo sabía que la mayoría de aspirantes (y por lo tanto rivales, no nos engañemos) tenían más tiempo libre que yo y la ayuda de una academia.

¿Por qué es importante esto? Porque la competitividad en este tipo de situaciones es tremenda y puede que tú no estés en la posición más ventajosa pero… ESTÁS AHÍ. Tu nombre está en las listas como el de los demás. Tienes una oportunidad, aunque sea muy difícil.

Y creo, firmemente, que es la única forma de afrontar una oposición: con actitud.

Te prometo que hay gente que hace años que lo intenta, gente que se prepara mucho, gente que paga mucho por conseguir entrar vía formación pevia, gente que entrena duro y gente que no duerme pensando en que no pueden perder. Y esto último es lo que les puede matar. Porque las posibilidades de perder son enormes. Las posibilidades de no superar la oposición son muchas. Esa es la verdad. Porque el temario es difícil, las pruebas exigentes y hay un montón de hijos de puta dispuestos a dejarte fuera.

Yo tenía esto clarísimo. Sabía que era así y no de ninguna otra forma. Pero mi nombre estaba ahí, era un aspirante, y eso ya era mucho para empezar.

¿Cómo lo hice? No tengo ningún truco. Me levantaba a las 6h, me iba a correr y a entrenar. A las 8h entraba a trabajar, salía a las 13h y me iba a nadar. A las 14h iba a comer, dormía media hora y a las 15h volvía al trabajo hasta las 19h. Llegaba a casa y me ponía a estudiar, cenaba algo y seguía estudiando hasta la hora de dormir.

La clave, para mí, fue hacer todo esto con una tranquilidad brutal. Y estaba tranquilo porque sentía que, de verdad, estaba haciendo todo lo que podía, y sabiendo eso… ¿Qué sentido tenía sentirme mal pensando en que podía no superar la oposición? Ninguno a mis ojos. Podía ganar y podía perder. No tenía ningún tipo de expectativa absurda en plan «seguro que paso la oposición» y tampoco tenía ninguna exigencia autoimpuesta del tipo «no puedo perder, he invertido mucho tiempo y esfuerzo» porque no quería ser pasto de la ansiedad y, además, sabía que era un pensamiento absurdo en esencia.

Cuando la gente me preguntaba por cómo lo llevaba yo siempre contestaba el mismo «hago todo lo que puedo, que es mucho, si basta bien y si no también bien». Y lo pensaba de verdad.

Creo que esa tranquilidad me permitió entrenar mejor, estudiar mejor y sobre todo DESCANSAR MEJOR.

Las físicas las superé sin problema. El teórico fue realmente difícil pero estaba tan tranquilo que sabía que sabía lo que sabía, fui el primero siempre en terminar los exámenes y salir del aula. Terminé el último examen (creo recordar que era una prueba oral de inglés) y marché a casa sin saber si habría ido bien o no… pero brutalmente tranquilo. Todo había terminado y no estaba ni nervioso por los resultados. Celebré ese día que había acabado y seguí con mi vida.

Unas semanas después llegaron las buenas noticias, estaba dentro. Me puse muy contento, creo recordar que lloré, pero no por mí sino por las personas cercanas que estaban pendientes de aquello. Pero lo importante también aquí es que creo que de no haber superado la oposición me habría sentido tranquilo igualmente. Sí, me habría jodido en parte, quizá ligeramente triste, pero no decepcionado ni hundido. Pienso que habría sabido separar lo bueno de lo malo para encarar una segunda oportunidad con más ganas aún y cierta ventaja.

Si algo aprendí en ese proceso fue a pensar correctamente, a tener la mejor actitud posible cuando sabes que la derrota tiene una alta probabilidad de darse.

Al fin y al cabo una pregunta interesante que puedes hacerte hoy es: «Sabiendo que puedes perder, ¿cómo vas a luchar por esto?». Hay gente que prepara una oposición para perderla, así te lo digo. No seas de esos. Tampoco seas de esos otros que piensan que van a ganar sí o sí, porque en el fondo lo que les pasa es que están acojonados por la posibilidad de perder. Recuerda, los ganadores no temen la derrota.

Fuerza.

PAZ.

Joan Gallardo.

 

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