No hay futuro sin autoconfianza.
Porque no hay decisiones valientes.
Ni apuestas. Ni riesgo.
No hay tan siquiera la aceptación de la incertidumbre.
Todos los pasos son tan temidos que la idea de no dar un solo paso es la más seductora.
Apuntar alto queda descartado.
Sin autoconfianza tienes un potencial que no puede explotarse.
Y la conciencia no puede con la idea de haber desperdiciado potencial.
Porque significa haber desperdiciado vida.
Piénsalo. Porque, para la autoconfianza, nunca es tarde.
Siempre vale la pena.
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.