Hoy te traigo uno de los fragmentos más bellos e inspirados que he leído en mi vida.
Es de la obra Confesión, de Tolstói. Dice así:
«pero miro hacia arriba y se disipa mi miedo. (…) Sigo mirando el infinito en lo alto, llevando mi mirada más lejos, y siento que me sosiego».
¿Puede ser más bello?
¿Y más real?
Es algo que todos conocemos o hemos conocido alguna vez en la vida.
Mirar arriba y sentir un abrazo. Un consuelo.
Creyentes, ateos y agnósticos.
Y a mí, eso, me dice mucho. Más que mucho: me lo dice todo.
4/1000
FUERZA Y PAZ.
Pd: la cuestión de Dios es uno de los temas estrella de mi mentoría grupal. Si tienes curiosidad, aquí tienes más información.