Están los que dicen lo que piensan. Los que dicen lo que sienten sin pensar. Los que piensan en que deberían haber dicho lo que sentían. Los que piensan en lo que sienten pero no se atreven a decir. Los que piensan en lo que deberían decir. Finalmente, lo más común, están los que dicen lo que piensan que se debería decir.
¿Qué tipo de ser eres tú?
Yo creo que en una mezcla de todos ellos, según el momento, la situación, mi grado de libertad interior para ver lo que se está tratando…Aunque cada día espero decir más lo que siento, lo que creo o que, sencillamente, no tengo ni puta idea. A veces, sobrevaloramos nuestras propias opiniones sobre las cosas, cuando, sinceramente, muchas veces son la primera cosa que se nos ha ocurrido decir. Así que cuanto más conectemos con lo que sentimos y hablemos de forma coherente a ello, menos gilipolleces terminaremos diciendo. Aunque tambien es cierto, que de vez en cuando, no viene mal ser un poco «gilipollas».
En efecto, identificarse demasiado con nuestro sistema de creencias u opiniones nos puede llevar a un desvarío genial junto al ego. Dos locos de cachondeo vamos. Gracias por tu comentario!!