Los malos momentos están ahí para recordarte que aún no lo sabes todo. Que los verdaderos puntos de inflexión están por llegar. Están ahí para recordarte que puedes empezar de cero tantas veces como puedas llegar a sentir la infelicidad en tu alma. Los malos momentos te dicen que tienes otra oportunidad. Los malos momentos te preguntan si estás dispuesto a estrujar la vida para sacar el máximo de ella o si por el contrario estás dispuesto a dejarte ahogar por el remolino de la auto-compasión y el victimismo.
Reflexiones y escritos diarios sobre la vida.