Deja de preocuparte por lo que los demás piensan de ti. Cuando abandones ese lugar descubrirás lo falsamente seguro que te sentías en esa «normalidad«. Lo que llaman ser normal es en verdad ser uno más… como los demás. Y esos «demás» quieren sentir como tiene sentido ser como son. Cualquier persona que vaya por libre significa una amenaza para su sistema de pensamiento social y debe ser acusada, juzgada y corregida en pos de ese status quo.
Y yo te pregunto: ¿Quién puede juzgarte en verdad? ¿Ellos? ¿La sociedad? Tan siquiera tú deberías juzgarte. Tus esfuerzos deben ir encaminados a la libertad. Nada más… importa.
Tu espíritu es y siempre fue libre, sólo debes abrir la celda que tú mismo aguantas cerrada.