Feliz es aquél que se conoce pues sólo él es capaz de encontrar su esencia. Espíritu. Se libera de las cadenas de la realidad y abraza el calor de la verdad. Acepta todo cuanto venga sin juicio. Y con el perdón en ambas manos aguarda cuanto quede por suceder en esta estancia. El dolor es una ilusión y lo sabe. No se condena y por lo tanto es libre. Puro y libre.