La Lástima. La búsqueda del consuelo unido a un infantilismo exasperado, típico del que careció de amor en los albores de la niñez. Pocas cosas más superfluas y baldías que dar lástima intencionadamente. No buscas amor en ello, sólo buscas inconscientemente la reafirmación de tu tristeza y desdicha. Construye un amor en soledad, para que nunca te abandone. Para que nunca te haga dependiente, sólo así conseguirás compartirlo y recibirlo de verdad. No das nunca más lástima de la que te das a ti mismo.