Cualquier cosa que haces en la vida sólo puede ser valorada en la medida de lo pasional que eres en su ejecución. No existe lo perfecto o imperfecto. Lo bien o mal hecho. Cada acción llevada a cabo con pasión, por menuda que sea, se considera una obra de arte. Tu capacidad para hacer arte a diario es algo intrínseco de tu naturaleza humana. Sólo debes despejar el camino, olvidar juicios, EGO y críticas. No interferir.
Un padre acompañando a un niño a escuela. Una madre soplando suavemente un rasguño en la rodilla de un infante. Una sonrisa cuando toca. Una mirada que apabulla. Una mano en la espalda. Un café bien servido. Todo eso es arte. Haz tu contribución a la obra maestra de la vida.