No puedes tratar a tu hijo como un mal jefe trata a un empleado. No grites, no te enfades, no intimides… no corrijas sin amor. Pues el amor corrige mil y un veces más rápido que la ira. Mira la carne que proviene de ti sólo con amor, ternura y comprensión. No hay nada que el amor no solucione. No enciendas fuegos en tu propia casa. Un hogar no es una empresa.