Que alguien no te elija no significa que tu valor descienda. Un despido, un abandono o un ataque personal no pueden devaluar tu propia cotización. Vales exactamente bastante más de lo que crees… o incluso un poco más. El único que dicta los altibajos es uno mismo. Creer que vales poco se impregna y plasma en todo lo que tocas y haces. Tu auto-percepción es la moneda con la que comercias por el mundo. Procura que valga mucho.