Siempre que tuve que terminar una relación pasé demasiado tiempo pensando en «la otra persona». Hasta que me di cuenta de que esa «otra persona» no existía en realidad. Ese concepto pertenece al «ser» adicional que se forma de cara a la sociedad cuando dos personas deciden unirse.
En una relación existen 3 entes: 2 seres humanos y el monstruo llamado «pareja» que vive sujeto por los estándares y opinión de la sociedad.
El qué dirán, los años juntos, los hijos, las familias y toda la retahíla de sub-productos del miedo que la sociedad dicta son, sin duda, la primera cárcel de la libertad de las personas.