Nunca, nunca, nunca estarás tan cerca del éxito como cuando tocas fondo. Sólo en la más desoladora oscuridad y con la mierda rezumando por tu epidermis puedes identificar sin error cualquier atisbo de luz. Si eres capaz de mantener la calma en tal situación y aceptas ese momento presente sin interferir, la oportunidad se hará cuerpo y carne. Recuérdalo cuando ese episodio llegue, que llegará.