Se dice que los niños son lienzos en blanco esperando ser pintados. Y me parece la definición más acertada y cruel de la realidad. Y parece ser, a mi modo de ver, tan acertada y cruel como innecesaria. Me gustaría ver esos lienzos en blanco, en luz inmaculada, luchar por seguir así hasta el fin de este paréntesis en la eternidad que es la vida, como diría aquél. Por lienzo en blanco entenderemos espíritu o esencia, y por pintura entenderemos manchas. Por manchas entenderemos moldear. Por moldear entenderemos corromper. Por corromper entenderemos falso. Y por falso entenderemos ego.
Menos mal que esa pintura nunca fue permanente aunque lo hagan creer así. Usar el disolvente del amor y la inocencia será el remedio.
Por la vuelta a la luz inmaculada. Con la que llegamos aquí. Sin moldear.