Voy a ser breve y no voy a dar mi opinión con respecto a los últimos acontecimientos políticos. En primer lugar porque me siento más Outsider que nunca y en segundo lugar porque imagino que a nadie le importa lo que opine yo sobre esto (cosa normal, yo no le doy mucho valor a lo que pueda opinar hoy, y menos sobre política).
Sin embargo voy a dejaros un sentimiento que hace muchos años reside dentro de mí. Tengo una añoranza fuerte.
Echo de menos disponer de un elenco de referentes pensadores. De un ministerio de sabiduría por decirlo así. Un mar de palabras donde uno acudir ante la desesperación del no saber qué pensar ni cómo sentir.
Me vais a perdonar pero si hoy en día nuestros referentes son Gerard Piqué por la izquierda, algún tuitero anónimo por la derecha y personajes ambidiestros disfrazados de centro es que estamos bien JODIDOS. Les escucho hablar y alucino pensando que éste es el nivel de los referentes actuales. Nunca he visto verborreas más vacías en mi vida en tan poco tiempo. Hablar mucho para decir nada a cambio de retweets y viralidad fácil. Puta autoestima.
No nos queda un Malcolm X, un Luther King, una Ayn Rand, un Krishnamurti, un Schopenhauer, un Einstein, un Unamuno, un Blas de Otero, un Churchill, una Angelou, un Lennon ni tan siquiera un Bob Marley.
Lo echo de menos como si hubiera vivido esas épocas en persona. Me da mucha pena.
Menos mal que dejaron un legado inmortal para que pudiéramos acudir a ellos cuando lo necesitáramos, pero no se suele hacer a menos que te sirva de arma arrojadiza. Os juro que he visto a Rosa Parks volar en forma de cocktail Molotov.
Los iluminados de Baviera mojan sus patatas fritas en la sangre de los hermanos.
Esto es todo lo que tengo que decir pero qué sé yo…
PAZ.