La autoconfianza puede recuperarse.
Y la que nunca has tenido, crearse.
Hay pocas cosas más agradecidas que la confianza.
No es cierto que cueste conseguirla.
Lo que cuesta es empezar, como en casi todo lo que merece la pena en la vida.
Pero una vez adquirido el compromiso y la prioridad, el camino es sencillo y dulce.
Cada paso, cada acción, cada avance cuenta.
No hay que esperar para ver resultados.
No hay injusticia ni decepción.
Muchos no lo saben porque no lo han visto.
Y por eso dicen que no existe.
¿Qué me dices tú?
FUERZA Y PAZ.
Y AUTOCONFIANZA.