Uno quiere la fortaleza pero no los órganos que componen su sistema.
Igual que uno quiere un cuerpo fuerte pero no quiere saber nada del ejercicio.
Igual que uno quiere ser culto sin leer un libro.
Igual que uno quiere tener dinero sin dejar de malgastarlo.
«¿Me traes un bocata? Pero sin pan», como decía aquél.
Pues no. Un bocadillo lleva pan. Si no lo quieres, pide otra cosa.
Y una persona es fuerte porque también tiene disciplina, autodeterminación, dirección, valentía, sinceridad, dignidad, bondad, honestidad, independencia, coraje y autocontrol.
La fuerza interior es un largo camino con muchas paradas obligatorias antes de llegar al final.
No hay desvíos ni atajos. Ni es trayecto para impacientes, vagos y listillos.
FUERZA Y PAZ.