No hay motivación sin buenos motivos.
Y no puedes motivarte para hacer cosas que detestas hacer. Deja de intentarlo.
Lo único que hay es la satisfacción por completar una obligación indeseada.
Es lo único en lo que puedes pensar para llevar a cabo las acciones más pesadas y detestables.
Recuerda que están las cosas que te gusta hacer y luego están las cosas que te gustará haber hecho. Intentar pasar las segundas por las primeras es inútil.